Pecados y crónicas


LT Vermaas







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1ª edición: 2018


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DEDICATORIA



Cuando miro el mundo soy pesimista, pero cuando miro a la gente soy optimista.

Carl Rogers



¿Son solos pensamientos vagabundos y absurdos o por lo contrario son abstractos o divinidad de la mente humana? Es el planteamiento que rescata el personaje principal Lucas Mackwelly. Cayendo al país de nunca jamás, es el estado natural el que siempre me encuentro, ya que tarde o temprano decidimos actuar o solo seremos marionetas que fuimos dirigidas a favor del deseo del alma y de secundario el cuerpo. Circunstancias asemejan a una realidad de nuestra propia apreciación, delimitando el factor de sus variables. El individuo busca la manera de escapar al peligro de lo inimaginable. No siempre fui lo que se llama «acto por la sociedad» o «uno del montón». Iba considerando qué papel debería hacer y por qué me encuentro en estado perdido. Desde nuestra niñez —bueno, la mía— nos han guiado por el camino de un fiable apostador, en la búsqueda del «bien»; sin embargo, ese término es dudoso. Un pensamiento recalcaría en la situación de su propia mente: una verdad en estos tiempos es medida por la capacidad de una constante reflexión, mediando la conciencia y el acto que se vaya a efectuar. Recordemos por un instante el conocimiento adquirido en los años escolares, en ese periodo explican simplemente la teoría de los temas que se van evidenciando con cada paso que damos. Ahora, con esa información tratan de que entendamos el mundo. A mi parecer, es negado en diferentes posturas. Un ejemplo es la vida, con la variada información suministrada desde la teoría de la célula (actualmente están reevaluándola) y la anatomía. Contener los datos cual computadora, extrayendo la esencia y conviviendo con la incertidumbre. Si realmente los estudios están bien hechos, recordarán que solo soy un simple mundano y que lo anterior lo digo y lo aplico para encontrar el motivo de mis decisiones.


El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

William Shakespeare



¿Hay alguien que su pensamiento sea imprescindible, que se pregunte el significado de cada día, que no quede en el sombrero de copa del conejo y sepa que no hay significado total de las verdades en su profunda agonía entre los sofistas y sus estudiantes? El día en que piensen en no matar, ese día el cielo brillará, la pintura dejará de ser una belleza exquisita para el ojo y el alma en una conjunta o separada creación. (La mirada perdida que coexiste en nosotros con la intención de recapacitar si es mejor estar en el mundo de las ideas o en un mundo donde todo es arrepentimiento continuo, donde si mueres eras una gran persona querida por todos, pero si sigues aquí solo eres un molde incompleto con ideas ya dirigidas con el alma o llegadas de algún recuerdo estos pensamientos asesinan las ideas reformistas). Para qué plantearse tanto si solo vivimos una hora, mes, año. Ideas, pensamientos locuras, genialidades, como lo quieras llamar, creadas con inspiraciones esfumadas en un lapso de veinticuatro horas. Sentirse, palabra curiosa usando léxicos que en sí no sabemos nada el significado, creando mundos de todo.


Solo sé que no se nada.

Sócrates.



Si existe el mundo de las ideas estarán contempladas el de las preguntas, es lo mismo una idea con un enigma a un enigma con una idea. Flin flan flun, en este momento eres un desconocido en tu misma casa. Viajaré de nube dando pequeños saltos, escuchando en murmullos razonantes en la sofocante neblina con el cabello entomizado para el feroz Céfiro, tráeme a Sandro a finales de septiembre con aires florecidos revuelan en tu sonrisa, asómate con Flora en abril o en mayo. Ayúdala, Cloris ninfa y llévate en tus brazos a Hirpace; personajes inventados a través de la historia para satisfacer al humano y su postura existencialista.

IRA

CAPÍTULO ١

El árbol que comenzó el pecado


La lengua es un acusador verídico contra los hombres llenos

de vana soberbia.

Esquilo



El reino de los muertos

En la profundidad de los reinos (según la mitología nórdica) se encuentra un reino llamado Helheim, un lugar lúgubre, oscuro y con un hedor a muerte. Es gobernado por una deidad oscura llamada Hel, descendiente de Loki (dios del caos) engendrada en el vientre de una gigante de hielo. ¿Por qué comencé explicando eso? Simplemente es algo que me gusta mencionar. Además… ¿quién no quiere conocer qué tanto es cierto si uno pertenece a un lugar después de la muerte?

Adentrándose en la oscuridad de estos seres inmundos y de apariencia poca agraciada, una sombra me llama la atención. ¿Será que la belleza es percibida cuando todo lo demás es asqueroso? En fin, es la sombra de una mujer anciana que estaba contando una historia de dos grandes aves a esos nauseabundos seres. ¿Por qué mi vocabulario? Veamos… algunos somos honestos frente a las cosas que no nos gustan. Continuando con el relato de esa extraña señora, ella contaba la historia de un ave de alas majestuosas con color plateado, colmando de bendiciones a los ojos humildes. La otra ave volaba en el cielo oscuro atrayendo desgracias. Qué buena historia para contarles a esos horribles seres.

Cierro los ojos un segundo y ya me encuentro en un agujero de color violeta. ¡Qué interesante paradero! Siguiendo con lo decía, noté que iba cayendo en unos remolinos sin rumbo alguno. ¿Será que algunos de estos demonios no van a querer conversar? En unos instantes, mis oídos despiertos agudizaron el sonido de la angustia de estas pobres almas llenas de melancolía. No sé si será «apropiado», pero sentí la necesidad de cantar con fuerza parte de una canción que a mi parecer me mantenía cuerda del poco sentido que vivía en ese momento. Dice así: «Ven, navega las nubes, corre contra la oscuridad que se alimenta de las carreras sin hacer, encuéntrame donde el risco saluda al mar». ¿Es curiosa? A mí me gusta. Los instantes pasaban, el futuro se veía dudoso y nublado. Imprescindibles preguntas rodeaban por mi cabeza. ¿Será que estaré toda la eternidad aquí? ¿A dónde se fue la armonía que pueda acogerme? ¿Estaré siempre en la oscuridad? Es curioso cómo mientras más pasa el tiempo, esto se vuelve normal. Aun así, aunque vaya cayendo creo que tengo más suerte que los que me acompañan. Según veo, unos tienen expresiones de agonía y sufrimiento, otros ni cara tienen, algo horrible les tuvo que pasar, seguro; sin olvidar que el frío es otro pasajero en el interminable tren.

Hubo una sombra que fue la más caótica de todas, era la de un soldado. Las acciones de aquel ser eran extrañas; una sonrisa maligna con dientes chuecos y sucios lo hacían difícil olvidar. El ser marchaba con una pierna fantasmal, mientras la cara desfigurada mantenía la imagen de una bestia salvaje salida de cualquier cuento de hadas. Proseguía sigilosamente, acercándose con a su PKM (ametralladora ligera). Cuanto más se aproximaba, la sonrisa causaba una fuerte impresión, los dientes eran filosos como colmillos. Al estar frente al soldado, se fue borrando la sonrisa; lágrimas de sangre aparcaron alrededor del rostro. La imagen se fue desvaneciendo, las últimas palabras dichas antes de su partida fueron un susurro a su pronta libertad: «No pienses mal, joven, la razón de mi aparición no era asustarte ni nada menos, era darte un consejo. Si crees que esto es el infierno, no has vivido lo suficiente para sentir el verdadero temor. Razona y verás que lo que estás viviendo es simplemente una canción de cuna».

Una cortina adornada por florestas negras trasluciente de color marchito y sombría, acompañada por unos feroces guardianes de carácter de híbrido, en el bosque hija de tifón y Equidna poseía cuerpo de cabra. En la parte trasera, cola de serpiente o dragón, cabezas de león y cuernos de macho cabrío (Quimeras). En los alrededores las serpientes californianas silbaban sonrientes por la ida de otra desolada alma, la cual avanzaba con movimientos ondulantes arrastrándose entre el espinoso suelo para así dar salida al agujero de gusanos.

¿Habían escuchado la frase: «¡Jamás he vivido algo parecido a esto!»?, creo que es un buen momento para utilizarla. No solo por lo anterior sino por lo que les voy a decir. Este agujero llegaba pronto a su fin y los anfitriones se preparaban para celebrar algo llamado «la luna roja». Lo que alcancé escuchar mientras descendía era que esto ocurre cada cincuenta años y que celebran la llegada de las peores almas en pena para alimentarse de sus desgracias. ¿Será que mi llegada es oportuna? Pronto mi viaje llegaba a su fin, o eso pensaba. Llegué a una oscura, horripilante y sucia cueva. Las almas se encontraban afuera, con sus caras desfiguradas y cuerpos incompletos. Veían que se llenaba la celebración de nidos de serpientes y arañas. Si creías que aquí no hay truenos o relámpagos, estás muy equivocado. Al ritmo de estos fenómenos, danzaban y cantaban tomados de la mano junto a Ponos, Hipnos y Tanatos canturreando a la orilla de desconsuelo. Admiraban a la luna roja cortejándola con gritos, llantos y ojos ensangrentados. Si te has preguntando acerca de los anteriores nombres, pus hacen referencia a historias mitológicas que me contaba mi padre antes de partir. Qué bonito recuerdo, ¿no crees?

El frío de la noche no se puede comparar con el escalofrío de aquella canción profana. Las horas pasaban sin dar ninguna tregua. El único consuelo que tenía no era que el cuerpo se desvaneciera por desnutrición o que la mente estuviera atrofiada, era los profundos escritos que recordaba en aquella casa de verano de hace diez años que mi madre contaba con tanto anhelo junto aquel árbol cuando me quedaba dormido: «En una tarde clara y amplia como el hastío, cuando su lanza blande el tórrido verano, copiaban el fantasma de un grave sueño mío mil sombras en teoría, enhiestas sobre el llano». Antonio Machado.

 y la armonía. Viajero de la nada seré, proclamo el nombre que eleva mi desesperación, resplandeciendo las sombras musicales que van surgiendo de aquel agujero. Misteriosos seres venían y se iban. No recuerdo nada, son tantas cosas vividas que mi mente necesita un descanso.