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¡EL CAMBIO HA COMENZADO!

Foto multidimensional tomada por sorpresa por el fotógrafo Alberto Bermúdez en Madrid (España)

Buenos Aires (Argentina)

Chihuahua (México)

León, Guanajuato (México)

Granada (España)

Miami (Estados Unidos)

Málaga (España)

Sevilla con recogida solidaria de alimentos (España)

Para mi padre, Colum, aunque en España te encanta que te llamen Columbo. Quiero agradecerte desde el fondo de mi alma tu amor de padre y el camino compartido durante estos casi cincuenta y cinco años de mi vida. El día 1 de abril del 2018 has cumplido ochenta años y, como te prometí, este libro va dedicado a ti, para celebrar tu vida. Y como siempre me has preguntado: «Suzanne, ¿por qué me amas?», te sigo contestando lo mismo que te decía cuando era pequeñita: «Porque yo soy tu hija y tú eres mi papá». Gracias infinitas por ser mi padre y por ser Colum Powell, hombre tan admirado y respetado por tus talentos y, sobre todo, por tu fantástico sentido del humor. Te amo con todo mi corazón.

For my father Colum, although you love to be called Columbo in Spain. I thank you from the depths of my soul for your fatherly love and the pathway we have shared over these almost 55 years of my life. On April 1st you turned 80 years old and, as promised, this book is being dedicated to you to celebrate your life. Since you have always asked me «Suzanne, why do you love me?», I still continue to give you the same response: «Because I’m your daughter and you’re my Daddy», just as I used to do when I was a little girl. Infinite thanks for being my Dad and for being Colum Powell, a man who has been so admired and respected for his talents and above all for his fantastic sense of humor. I love you with all my heart.

PRÓLOGO

Un verano, mientras estaba de vacaciones con mi mujer, Marisa Baracco, en el interior de Argentina, nos encontramos con un libro titulado Atrévete a ser tu maestro. Ambos estábamos en medio del proceso del autoconocimiento, y la idea de dejar de buscar el maestro fuera y movilizar nuestros recursos internos nos entusiasmó.

La experiencia de Suzanne, que con solo diecinueve años se enfrentó a un diagnóstico de cáncer porque «no tenía tiempo para morirse», nos maravilló. Tomó las riendas de su vida y de su salud; rechazó los tratamientos convencionales y su enfermedad remitió.

Cuando Suzanne enfermó, decretó al universo: «Si me curo, dedicaré mi vida a dar esperanza a los demás, a quienes estén atravesando situaciones similares a la mía». Finalmente se curó y se encuentra cumpliendo su promesa de servir con amor y brindar esperanza a quienes están pasando por situaciones similares a las que atravesó ella misma.

Amamos el libro. Allí comenzamos el proceso de atrevernos realmente a ser nuestros propios maestros. Aprendimos a conectar con nuestra intuición, con la sabiduría de nuestro corazón, que es mucho más profunda que la actividad racional de la mente.

Todo esto me llevó a la búsqueda de un modo de ejercer la medicina en plenitud. Comprendí que la mejor forma de transmitir salud era desde la salud. Solo podemos transmitir con integridad lo que tenemos integrado en nuestras vidas.

Este proceso transformó mi manera de ver y ejercer la medicina. Hoy trabajo como médico educando y empoderando a las personas en hábitos que generan salud y plenitud.

¡Cambia ya! es el octavo libro de la autora. Sus escritos combinan una profundidad oceánica con un divertido sentido del humor y una muy necesaria desdramatización de los procesos evolutivos por los que tantos millones de personas estamos pasando alrededor del mundo.

Como humanidad nos encontramos en un momento maravilloso y que no cuenta con precedentes. Los procesos de evolución y aprendizaje están acelerados.

Quien esté decidido a despertar de una vez por todas cuenta con una multiplicidad de herramientas y prácticas que facilitan dicho proceso. Como dice Suzanne, «el que decrete al universo que quiere despertar y evolucionar, que se prepare para que le vengan las pruebas de aprendizaje necesarias para ese despertar». La vida nos traerá todas aquellas experiencias que sean perfectas para nosotros con el fin de apoyar nuestra evolución.

Es importante tener una actitud de entrega hacia lo que venga, evitar resistirnos, comprender que es perfecto que se presenten las pruebas que nos toca afrontar, por más difíciles que parezcan inicialmente.

En este espacio-tiempo único para la especie humana tenemos la posibilidad y la necesidad de un despertar colectivo para sobrevivir como especie. Es imprescindible un profundo despertar de la conciencia que nos lleve desde el individualismo y el interés por el capital hacia el amor incondicional por todas las formas de vida y la búsqueda del bien común. No es casualidad que su séptimo libro se titule Despertad, humanos.

Entre las actividades de Suzanne destacan las si­guientes:

Tras acabar el curso zen creamos un grupo de ­WhatsApp en el que más de doscientos médicos de todo el mundo intercambiamos nuestras experiencias terapéuticas con el toque zen.

En cuanto al libro que tienes entre las manos, su fundamento es la paz, aunque la autora no lo declara específicamente hasta el final, en la conclusión. Pero la paz está implícita desde el principio, porque para llegar al despertar hay que buscarla: la paz en el cuerpo físico, la paz en el corazón, la paz en la mente, la paz en el espíritu.

Para poder alcanzar la paz en el cuerpo físico, primero hay que satisfacer sus necesidades, que son de diversa índole: nutricionales, de descanso, de actividad física, de liberación de las tensiones cotidianas, de relajación y de disminución de la frecuencia mental.

Si el cuerpo se halla en estado de carencia en alguno de estos aspectos, no encuentra la paz. Si el cuerpo físico está sufriendo, difícilmente tenderán al equilibrio la mente y el sistema nervioso; habrá una incomodidad o inquietud interior que impulsará hacia la satisfacción de las necesidades básicas insatisfechas.

En este libro, Suzanne nos facilita sus prácticas y remedios naturales, que van a permitir que cada uno vaya aproximándose al estado de equilibrio. Primero, del cuerpo físico y mental. Desde ese equilibrio e integridad orgánicos, el sistema nervioso produce sus propias sustancias y neuropéptidos, a partir de los cuales se activa la ­tremenda capacidad de regeneración que posee el organismo a todos los niveles.

Los remedios que Suzanne comparte en estas páginas son siempre naturales, libres de sustancias tóxicas, de productos químicos o farmacológicos. Ocupan un lugar predominante los aceites esenciales, pero también nos encontramos con hierbas naturales, infusiones medicinales, suplementos nutricionales y alimentos de alto valor terapéutico, entre otros recursos.

Estos remedios naturales actúan en sinergia con nuestra fisiología y nuestra función orgánica; apoyan el correcto funcionamiento del organismo. Al no producir los efectos secundarios propios de otro tipo de abordajes, permiten una recuperación rápida. Se alcanza antes el equilibrio del cuerpo físico, lo que a su vez estimula al sistema nervioso a producir sus propias sustancias químicas neuroactivas de forma natural; gracias a esto no depende de sustancias químicas exógenas, sintéticas o farmacológicas para ejercer su función de forma adecuada.

Es más importante que nunca antes en la historia fortalecer la salud evitando los tratamientos basados en productos químicos sintéticos e intervenciones invasivas. En la actualidad, tan solo en los Estados Unidos mueren más de doscientas mil personas al año a causa de los tratamientos médicos convencionales. Es decir, cada día mueren más de quinientas personas por este motivo. Si uno busca el camino más natural posible, su organismo sufrirá menos daño y su recuperación será más rápida.

En este libro, Suzanne comparte con el lector las herramientas que le han funcionado a ella; por lo tanto, está fundamentado en su propia experiencia. Gracias a los consejos que nos ofrece, ella alcanzó su equilibrio. Se liberó del asma, del cáncer, de intolerancias alimentarias, de trastornos del aparato digestivo y excretor y de otras dolencias. Encontró paz en su cuerpo, en su mente y en su espíritu y se convirtió en la Suzanne Powell que hoy conocemos, una mujer que, con cincuenta y cinco años, es divertida, vital, espontánea, alegre y, a la vez, tremendamente profunda y clara. Está rebosante de salud y de entusiasmo por servir con amor a la humanidad en su evolución.

Este libro es una guía práctica destinada a facilitar que generemos nuestro estado de salud mediante acciones concretas que realicemos a diario.

Está todo en las manos del lector.

Como dice Suzanne: Just Do It.

DR. FRANCISCO JOSÉ PERONA

Médico licenciado por la Universidad de Buenos Aires,
educador en hábitos que generan salud y plenitud.
Alumno zen.
Contacto: medicinaintegrativabuenosaires@gmail.com
Facebook: Dr Francisco Perona

INTRODUCCIÓN

Estuve varios meses dándole vueltas a la posibilidad de escribir este libro, una guía que reuniese muchos de los remedios que he ido descubriendo y poniendo en práctica, y que he ido aconsejando en los cursos zen, en las charlas o en mi blog. Son tantas las veces que he tenido que dar los mismos remedios que llegué a la conclusión de que lo mejor sería plasmarlos en un libro sencillo, ameno, práctico, alegre y fácil de entender; un libro que pueda utilizar cualquier persona, tenga o no conocimientos sobre terapias naturales.

En muchas ocasiones me han pedido consejo sobre el estreñimiento, la diarrea, el dolor de cabeza, la candidiasis, problemas digestivos, gases, tos, fiebre y una larga lista de trastornos y enfermedades. Y a lo largo de treinta años he podido aportar remedios caseros a los cuales es fácil acceder y que son sencillos de aplicar; además, surten efecto con gran rapidez.

He tenido la fortuna de recibir ayuda siempre que la he necesitado y siento que mi deber es compartir la información sobre los remedios que han funcionado en mi caso. Gracias a ellos se frenaron los síntomas y mi estado de salud general mejoró en poco tiempo, lo cual me ha salvado de manifestaciones más graves que pueden aparecer cuando un problema no se trata a tiempo.

En los cursos y conferencias he compartido muchas anécdotas de situaciones personales en las que he podido salir adelante gracias a un remedio casero antiguo o a alguna práctica higienista a partir de llamar por teléfono y preguntar a algún experto cómo podía resolver eso en el momento.

Esta obra se divide en cuatro partes. En la primera, reflexiono sobre las amenazas para la salud que se esconden en nuestro estilo de vida actual, y empiezo a aportar soluciones. En la segunda, abordo varias enfermedades y trastornos específicos. En la tercera, me refiero a complementos que nunca deben faltar en nuestra cocina o en nuestra despensa, por los beneficios que aportan a la salud, y la cuarta está dedicada a los aceites esenciales de grado terapéutico. Naturalmente, no es fácil delimitar claramente los contenidos de las distintas partes, así que verás que se interrelacionan. Como guía rápida de referencia, al final se incluye un índice de aplicaciones, trastornos y remedios.

Esta obra contiene también tres apéndices, que ofrecen contenidos adicionales.

Ojalá la información aquí reunida te sirva, como me sirvió a mí, para resolver por medios naturales determinados problemas de salud que se te presenten en un momento dado, o que se le presenten a alguien cercano.

Finalmente, este libro no pretende ser una herramienta de diagnóstico y tratamiento, sino que en él reflejo solamente lo que me ha ayudado en mi caso. En la cuarta parte, a mi experiencia se suma la de Rayini Pritamdas, que ha colaborado en ella. Se trata pues de una obra informal, de un compartir, que en ningún caso pretende sustituir a la visita a un médico o profesional especializado.

SUZANNE POWELL,

mayo 2018

PRIMERA PARTE

¿LLEVAS UN ESTILO
DE VIDA SALUDABLE?

Las enfermedades y trastornos obedecen a múltiples factores, entre los que no hay que subestimar el estilo de vida tan extendido en nuestros días, basado en el sedentarismo y la exposición a tóxicos y otras formas de contaminación. ¿Estás llevando un estilo de vida lo suficientemente saludable? ¿Estás optando por productos naturales en lugar de sus equivalentes químicos o sintéticos? ¿Es muy elevada tu exposición a campos electromagnéticos?

En esta parte se analizan varios aspectos en cuanto al estilo de vida, que te ayudarán a comprender el origen de diversos problemas de salud y la necesidad de contar con una botica compuesta por productos lo más naturales posible.

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¡CUIDADO CON LOS TÓXICOS
Y LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS

TÓXICOS AMBIENTALES

En un apartamento que tenía alquilado a las afueras de Madrid había un jardín con césped artificial. El plástico del que está hecho ese tipo de césped desprende un olor a neumático, sobre todo cuando hace calor, que afecta al aparato respiratorio, tapona la nariz y produce mucosidad en la garganta, picor en los ojos y molestias en los oídos. Relacioné el césped con estos síntomas en un momento dado cuando estaba en el jardín; acto seguido puse en marcha el difusor de aceites esenciales, dentro de casa, para eliminar esa sensación de congestión.

Esto ocurrió al principio de la primavera, y la reflexión inmediata fue: si con un poco de sol aumentó ­tanto la intensidad del olor a petróleo, ¿qué pasa cuando la temperatura es de 30 o 40 grados? Con un calor elevado, las emisiones tienen que ser mayores, y el impacto sobre la salud también...

Indagué en Internet sobre los peligros del césped artificial y encontré que esa emanación, que se acentúa con el calor, es potencialmente cancerígena. Es un gran problema, porque el césped artificial no está solamente en jardines particulares sino también en parques infantiles, zonas de juego para niños, campos de fútbol y áreas deportivas.

¿Cuántas personas deben de estar sufriendo un impacto sobre su salud a causa de los tóxicos ambientales y desconocen que es este el origen de sus afecciones?

Muchas veces no relacionamos los trastornos digestivos (en el estómago, el esófago, el intestino grueso, el intestino delgado) con ciertos olores ambientales. Sin embargo, tal como expliqué en el libro El cáncer, cuando inhalamos tóxicos ambientales, nuestro sistema inmunitario produce mucosidad en las vías respiratorias altas con la finalidad de atrapar esas partículas, para que luego no procedan a bajar por el intestino; esta es una defensa inmediata. Cuando la exposición se prolonga, esa mucosidad se termina acumulando, y si estamos ocupados con alguna actividad lo habitual no es que busquemos la forma de expulsarla, sino que la traguemos. Así llevamos todos esos tóxicos al aparato digestivo y excretor, y sus paredes se irritan, con lo cual podemos terminar padeciendo erosión y lesiones en las paredes del intestino, colon irritable, gastritis, dispepsia, alteración de la producción de ­enzimas, inflamaciones y un largo etcétera, que puede incluir enfermedades autoinmunes.

Todos estos síntomas pueden manifestarse como resultado de la proliferación de productos sintéticos. Por ejemplo, cada vez encuentro en más lugares fragancias ambientales cuya base son productos químicos. Las huelo en centros comerciales, tiendas, hoteles, cines, bancos... En muchas ocasiones están presentes en sitios que debemos frecuentar queramos o no, como el lugar de trabajo o la entrada al bloque de pisos donde vivimos. Firmamos un contrato de alquiler que nos obliga a permanecer en esa vivienda durante seis meses o un año, y mientras tanto no podemos escapar de esas influencias.

No sé por qué se ha puesto de moda esta tendencia, sobre todo en España. Es como si se pensase que una determinada tienda, por ejemplo, fuese a atraer más clientes por el hecho de tener ese tipo de olor. Otra cosa que se me ocurre es: ¿no será esta una forma de controlar a la población, de mantenerla dependiente de los fármacos? ¿No será una forma de adormecer el sistema nervioso de la gente para que esté mentalmente menos activa, menos alerta, y no pueda pensar tanto por sí misma? No sé si tiene lugar una manipulación por parte del mismo sistema, pero no me extrañaría, después de haber visto y oído muchas cosas.

Te invito a tomar conciencia de este problema ambiental y actuar en consecuencia. Cada uno debería ser proactivo y manifestar que no va a permanecer en un determinado establecimiento a causa del olor que en él se ha impuesto. A ver si así logramos invertir la tendencia.

Una travesura ecológica

Recientemente, he estado en Fuerteventura de vacaciones con mis padres, quienes están delicados de salud, con sus ochenta años y sus hábitos de toda la vida. Pedí al hotel si serían tan amables de quitar los ambientadores perfumados que tenían en todos los espacios comunes (la sala de espectáculos y actividades y la recepción) durante nuestra estancia, por el bien de la salud de mis padres. Me dijeron que no podían hacerlo, porque ese hotel pertenecía a una cadena que tenía una política y unas normas que no podían transgredir sin exponerse a sanciones. ¿Cómo era posible tanta inconsciencia? Más allá de la salud de mis padres y la mía está la del personal del hotel, que no puede evitar la exposición a esos ambientadores a lo largo de la jornada laboral...

La primera noche en que entramos en la sala de espectáculos, el olor era tan intenso, tan horrible, tan empalagoso que no pude contenerme más. Me levanté y, como una niña traviesa, fui a buscar todos los ambientadores y los desenchufé. Cuando llegué a mi habitación, mi piel, mi pelo y mi ropa olían a ese aroma artificial. A la mañana siguiente, después del desayuno, volví a desenchufar los ambientadores, para que ese espacio se ventilase y mis padres y yo pudiésemos disfrutar tranquilamente del espectáculo la próxima noche. Hice esto cada día, y a partir del tercero no los volvieron a enchufar.

Mi padre comentó que era curioso que desde que yo había llegado, él y mi madre no tenían síntomas de resfriado y alergias. Hasta ese momento habían estado estornudando, habían tenido mucha mucosidad y los ojos ­llorosos. Otros síntomas que pueden suscitar los ambientadores químicos son mareos, náuseas, dolor de cabeza, rinitis, dolor de garganta, embotamiento de los oídos, taponamiento de la nariz, picor en los ojos o escozor, entre otros.

Ni en casa estamos a salvo...

Cuando estuve viviendo en el apartamento con el jardín de césped artificial, mi vecino de al lado tenía unos ambientadores en la terraza, los típicos de palo, pero el olor era tan intenso que entraba en mi terraza y no me permitía disfrutar de ese espacio. Hablé con él y amablemente cambió a ambientadores tipo difusor de aceites esenciales ante mi recomendación, cosa que le agradecí profundamente.

Me he referido al césped artificial y los ambientadores, pero por supuesto los tóxicos ambientales no se detienen ahí. Está también el tema de los detergentes, por ejemplo. En la urbanización en la que vivía había implantadas medidas ecológicas, como placas solares y tecnologías para un menor consumo energético, pero sin embargo no se tenía ningún miramiento con los detergentes utilizados para limpiar los espacios comunes (para lavar los suelos, sobre todo). Nunca he estado en ningún edificio en el que el olor a detergente fuese tan fuerte; ¡incluso las cartas que había en el buzón se impregnaban de ese olor! Cuando abría la puerta de casa, tenía que taparme la boca y la nariz y salir del edificio lo más rápidamente posible; cuando regresaba hacía lo mismo, y a continuación ponía una alfombrilla tras la puerta para que no se colase el olor procedente de los pasillos. Tal vez pensarás que soy una exagerada, pero el caso es que mis vecinos parecían estar eternamente resfriados, y no creo que los virus fuesen los únicos culpables.

Hay una alternativa muy sencilla para la limpieza de los suelos y baldosas, que puedes utilizar en tu casa, y que podría aplicarse también en los espacios comunes de tu edificio de viviendas: el vinagre. Mezclado con agua, consigue el mismo efecto que los detergentes, de forma totalmente ecológica y barata. El vinagre, así diluido, limpia bien, saca brillo y desinfecta.

TÓXICOS EN PRODUCTOS PARA LA HIGIENE Y LA COSMÉTICA

Si padeces el síndrome del colon irritable, tienes que contemplar la posibilidad de que no se deba a tu alimentación solamente, 1 sino que además puedan contribuir factores ambientales; no solo las emanaciones tóxicas del entorno, sino también las derivadas de los productos que utilizas para tu higiene: colonias, perfumes, desodorantes e incluso los productos que echas en la lavadora. Esta carga tóxica puede evitarse en gran medida si sustituimos los productos de base química por otros que sean ecológicos o lo más naturales posible.

Hoy en día hay muchos artesanos que optan por elaborar jabones, geles de baño y cremas para el cuerpo con ingredientes naturales. Si buscamos las recetas de nuestros antepasados y de las abuelas sabias de los pueblos, encontraremos soluciones para sustituir esas sustancias químicas tan agresivas y dañinas. Si queremos obtener un olor ­personalizado en nuestros productos de higiene, ­cosmética y limpieza naturales, podemos recurrir a determinados aceites esenciales; estos van a favorecer nuestra salud y van a desprender un olor agradable al aplicarlos al cuerpo o a la ropa.

Hay soluciones extremadamente sencillas. Una amiga me dijo recientemente: «Tengo un truco sencillísimo para limpiar los poros del cutis. Mojo un algodoncito debajo del grifo, lo escurro un poco, le echo un poquito de alcohol y lo voy pasando por la cara y el cuello. ¡Es un tónico natural!, que deja la piel muy suave».

Tampones y ropa tóxicos

Debo referirme también a los tampones y la ropa interior. Como verás en el capítulo 12, estuve padeciendo dolores menstruales, hasta que descubrí que el origen de mi sintomatología era, en última instancia, el uso de tampones convencionales, a causa de la lejía que contienen para lograr un efecto blanqueador.

Con el tiempo fui sustituyendo todos los productos y artículos químicos y sintéticos de uso cotidiano por versiones más naturales o ecológicas, y cuando prescindí de los tampones de supermercado, o de farmacia, y los sustituí por tampones ecológicos, nunca más volví a tener dolores menstruales. Atención pues a este dato: los tampones convencionales pueden ser una de las causas o la causa principal de los trastornos menstruales, independientemente de que haya o no un trastorno hormonal. Tener en cuenta este hecho puede cambiar la calidad de vida de muchas mujeres... ¡y de los familiares que tienen que convivir con ellas!

No puedo enfatizar lo suficiente lo importante que es que este tipo de productos de higiene personal sean lo más naturales posible; incluso el papel higiénico debe carecer de perfumes y colores. La zona genital es muy sensible y absorbe los blanqueadores y perfumes químicos que se utilizan para eliminar el olor en compresas y productos de higiene íntima para la mujer.

Además, es del todo imprescindible que la ropa interior femenina que está en contacto con la zona genital sea de algodón, exclusivamente, por una cuestión de salud. Es absolutamente necesario que sigas esta pauta, sobre todo en los meses de más calor y humedad. Así podrás evitar infecciones en el aparato genital y ahorrarte las complicaciones derivadas de la proliferación de las cándidas o de las bacterias y virus que suelen abundar en los ambientes cálidos y húmedos.

Además de lo anterior, pon una gota de aceite esencial de árbol del té en el agua en la que vayas a lavar la ropa interior, o en el jabón de la lavadora. Esta acción tendrá un efecto antifúngico; evitará, en cada lavado, que se acumulen bacterias u hongos en el tambor de la lavadora y en la ropa. Si no se toman medidas, la ropa puede acumular hongos, sobre todo si se guarda un poco húmeda en el armario; esta humedad produce el característico olor a ropa guardada.

Aceite esencial de arból del té

También se puede poner de vez en cuando una gota de aceite de árbol del té en cada zapato para evitar los hongos en los pies (lo que se conoce popularmente como el pie de atleta).

ALTERNATIVAS SALUDABLES

Casi todo lo que sueles resolver por medio de algún producto tóxico lo puedes solucionar igualmente, pero de forma mucho más saludable, utilizando un producto natural equivalente. Lo que presento de forma sucinta en este apartado aparece desarrollado a lo largo del libro.

En el ámbito de la cosmética, son muchísimas las alternativas naturales. Por ejemplo, presento usos cosméticos y para el cuidado de la piel del aceite de coco y de los aceites esenciales de incienso, lavanda, pomelo, árbol del té, etc. No dejes de leer el capítulo 35, dedicado específicamente a aplicaciones cosméticas de los aceites ­esenciales.

Si quieres un desodorante natural, acude al aceite de coco, al que puede añadirse algún aceite esencial.

Para el cabello pueden ayudarte, de distintas maneras, el aceite de coco, el vinagre de sidra y los aceites esenciales de lavanda, árbol del té (que te permitirá librarte de los piojos), tomillo, cedro y romero.

Vinagre de sidra

Para las uñas encarnadas o quebradizas, dispones del aceite esencial de árbol del té.

¿Tienes dolor de muelas? ¿Te acaban de extraer un diente? El aceite esencial de incienso puede ayudarte; también el aceite esencial de clavo, los granos de clavo y la mezcla de aceites del capítulo 34.

Clavo

Para descubrir cómo elaborar un enjuague bucal casero, consulta los capítulos dedicados al aceite esencial de menta, al aceite esencial de árbol del té y a una estupenda mezcla de aceites esenciales (capítulo 34). El aceite de coco puede prevenir la gingivitis. La miel cruda tiene un efecto bactericida en la placa dental. Si quieres tener unos dientes más blancos, dispones del aceite esencial de naranja.

Miel

Para obtener una pasta dentífrica totalmente saludable, descubre cómo prepararla en el capítulo dedicado al aceite de coco. Y hay varios aceites esenciales que pueden añadirse a la pasta de dientes para obtener variados beneficios: el de árbol del té, el de mirra o los de la mezcla del capítulo 34.

¿Es el dolor de oído tu problema? Para eso tienes el aceite esencial de lavanda.

Aceite esencial de lavanda

Si te preocupa la celulitis, cuentas con el vinagre de sidra o el zumo de piña y con el aceite esencial de pomelo combinado con el de ciprés.