Índice

Prólogo. JUAN CARLOS GARAVAGLIA

Introducción. ELISA CASELLI

Primera parte
USOS SOCIALES Y POLÍTICOS DE LA JUSTICIA

I.

Justicia y fronteras del Derecho en la España del Antiguo Régimen. TOMÁS A. MANTECÓN MOVELLÁN

1. Infrajusticia: justicia en acción

2. Mediación, arbitraje y usos de la justicia

3. La revolución jurídica y la cultura de la mediación

4. Trazas y evolución de la infrajusticia

5. Modalidades de intervención infrajudicial

6. Agentes de infrajusticia, celadores de la paz pública

7. Conclusiones

Bibliografía citada

II.

En torno a las relaciones sociales: nosotros y ellos. Un análisis a partir de los procesos incoados al presidente de la Audiencia de Quito a mediados del siglo XVIII. TAMAR HERZOG

1. Consideraciones generales

2. La visita contra el presidente Araujo y Río: un caso a investigar

3. La visita contra Araujo y Río: probar y denegar la existencia de redes

4. A guisa de conclusión

Bibliografía citada

III.

«Empapelar» al enemigo. El recurso a los procesos judiciales como estrategia de la acción política (Nueva Granada entre colonia y república). PILAR LÓPEZ BEJARANO

1. El sumario

Las personas implicadas

El desarrollo del proceso judicial

2. El conflicto judicial, el tejido social y la acción política

Los directamente implicados en el juicio y sus posiciones

Las tensiones políticas en la parroquia, la provincia y con el gobierno virreinal

Urdimbres políticas, intereses cruzados y juegos de lealtades

3. Acción política y procedimiento judicial: prácticas cruzadas.

4. Conclusión

«Empapelar al enemigo»: entre la justicia, la política, la moral y la economía

De la anécdota a la complejidad social

Fuentes de archivo

Bibliografía citada

IV.

Negociación y conflicto entre poblaciones indígenas y blanco-mestizas en la sierra ecuatoriana en el marco de la construcción jurídica del Estado, 1830-1857. VIVIANA VELASCO HERRERA

1. Las protecturías y la administración de justicia indígena

2. Las complejas relaciones de justicia dentro de las haciendas y el concertaje

Fuentes primarias

Bibliografía citada

V.

Cortar la causa, no admitir más escrito, obligar al perdón. Sentencias judiciales para administrar la paz quebrada por las injurias (Chile, 1790-1873). MARÍA EUGENIA ALBORNOZ VÁSQUEZ

1. Desistimientos y convenios: ¿gesto católico para terminar los litigios?

2. Fórmulas judiciales para el corte de los pleitos chilenos por injurias

3. Citar a las partes litigantes ante el juez: de conciliaciones y comparendos

4. ¿Desde la justicia judicial de los perdones hacia la justicia legal de convenios ante el juez?

Fuentes manuscritas citadas

Fuentes publicadas

Bibliografía citada

Segunda parte
LA JUSTICIA Y SUS ADMINISTRADORES

I.

Vivir de la justicia. Los réditos del oficio de juzgar y su incidencia en las disputas jurisdiccionales (Castilla en la temprana Edad Moderna). ELISA CASELLI

1. Introducción

2. El escenario: la organización judicial castellana a grandes trazos

3. Jueces y oficiales de la justicia regia en el desempeño de su oficio

De juzgador a justiciable: los jueces condenados

4. Optimizar el rendimiento del oficio

5. Consideraciones finales

Bibliografía citada

II.

«En defensa de los ministros afligidos de Su Majestad». Las alegaciones jurídicas (porcones) en favor de los jueces del Antiguo Régimen. INÉS GÓMEZ GONZÁLEZ

1. Las alegaciones en derecho (porcones): una fuente para la historia social

2. Las alegaciones de los magistrados del Antiguo Régimen

3. Las críticas a las visitas

4. La actitud ante los cargos

5. La defensa de la honra

6. Conclusión

Bibliografía citada

III.

«Otorgo que doy mi poder cumplido». Apoderamiento y representación voluntaria en la administración de justicia virreinal (Santiago de Chile, 1647-1725). AUDE ARGOUSE

1. Auxilio, oficio y proceso

2. Los poderes, una práctica mixta en el Santiago de Chile del siglo XVII

3. Imágenes jurídicas del mundo

4. Distancias sociales

5. Conclusión

Fuentes manuscritas citadas

Fuentes publicadas

Bibliografía citada

IV.

Suplicios capitales y humillación del cadáver en la justicia penal de la Monarquía Hispánica: el caso de San Luis Potosí en 1767. JUAN CARLOS RUIZ GUADALAJARA

1. Suplicios y pena de muerte: una historia inveterada

2. Lex hispánica y «no matarás»: el modelo alfonsino de justicia penal

3. Justicia penal hispánica e Ilustración

4. Tumultos y suplicios capitales en San Luis Potosí

5. Conclusiones

Fuentes de archivo

Bibliografía citada

V.

La justicia y el gobierno político militar de Tlaxcala entre las reformas borbónicas y la independencia (1786-1821): los gobernadores militares. VÍCTOR GAYOL

1. La militarización del gobierno y la administración de justicia: Tlaxcala, Nueva España y la Monarquía Hispánica

2. El gobierno político militar de Tlaxcala

3. Los gobernadores militares de Tlaxcala: perfiles

4. La administración de justicia en Tlaxcala bajo el gobierno militar

5. Un tumulto

Un balance preliminar

Fuentes de archivo

Fuentes secundarias

Bibliografía citada

Tercera parte
DE LAS JURISDICCIONES CONCURRENTES A
LA REORGANIZACIÓN JUDICIAL DECIMONÓNICA

I.

La Audiencia de Lima entre la administración de justicia y las luchas políticas por el control del virreinato (siglo XVI). MANFREDI MERLUZZI

1. Las premisas de un fuerte protagonismo

2. ¿Hacia un sistema «virreino-senatorial»?

3. Entre alter ego del monarca y «representante de la real persona». ¿Un exceso de representación?

4. Controversias desde la fundación: la primera Audiencia depone y encarcela al virrey

5. Nuevos conflictos entre virrey y audiencias en los años 1569-1580

6. Funciones políticas en ausencia del virrey: desavenencias entre la Audiencia de Lima y la de Quito

7. Una mirada diferente: motivaciones socioculturales de los conflictos

8. Consideraciones conclusivas

Bibliografía citada

II.

Los otros jueces: vicarios eclesiásticos en las parroquias de la diócesis de Buenos Aires durante el periodo colonial. MARÍA ELENA BARRAL y MIRIAM MORICONI

1. Algunas observaciones sobre la justicia eclesiástica y su historiografía

2. Formación de los jueces eclesiásticos

3. Nombramiento y competencias de los jueces vicarios eclesiásticos

4. Problemas derivados de la acumulación de los oficios de cura, párroco y juez eclesiástico

5. Jueces eclesiásticos y proyecto borbónico

Fuentes impresas

Bibliografía citada

III.

Esclavos, alcaldes y municipios. La justicia local en una región de frontera. FEDERICA MORELLI

1. Esmeraldas: zona de frontera y esclavitud

2. Una justicia étnica

3. De la justicia colonial a la justicia liberal

4. Justicia y esclavos en la independencia

Bibliografía citada

IV.

Administración de justicia, derecho, gobierno y prácticas judiciales en la construcción estatal (Buenos Aires, 1821-1886). MELINA YANGILEVICH

1. Introducción

2. La formación de la provincia de Buenos Aires: instituciones, justicia y administración

3. La administración de justicia en la campaña durante el gobierno de Rosas

4. Transformaciones normativas, institucionales y de prácticas judiciales durante la segunda mitad del siglo XIX

5. Reflexiones finales

Bibliografía citada

V.

La supresión del cabildo y la creación de los juzgados de paz: dimensión provincial de la justicia de equidad en el litoral rioplatense (Santa Fe, 1833). DARÍO G. BARRIERA

1. Desde las exequias

2. Un tópico historiográficamente opaco

3. La supresión de los cabildos en territorios rioplatenses (1820-1838)

4. La difícil disolución de una institución debilitada

5. El juego de las diferencias

6. El Reglamento de 1833: una transformación clave

7. La implementación de la justicia de paz en Santa Fe

8. Algunas implicaciones de la distancia física respecto del «centro»

9. Algunas reflexiones y una imprescindible comparación con Buenos Aires

Bibliografía citada

Notas biobibliográficas de los autores

contraportada
portada

 

SECCIÓN DE OBRAS DE HISTORIA


JUSTICIAS, AGENTES Y JURISDICCIONES

De la Monarquía Hispánica a los Estados Nacionales

(España y América, siglos XVI-XIX)

 

ELISA CASELLI

(coordinadora)

Justicias, agentes y jurisdicciones

De la Monarquía Hispánica a los Estados Nacionales
 (España y América, siglos XVI-XIX) 

logo

 

Primera edición, FCE España, 2016
Primera edición electrónica, 2017

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SUMARIO

Prólogo. JUAN CARLOS GARAVAGLIA

Introducción. ELISA CASELLI

Primera parte
USOS SOCIALES Y POLÍTICOS DE LA JUSTICIA

I.

Justicia y fronteras del Derecho en la España del Antiguo Régimen. TOMÁS A. MANTECÓN MOVELLÁN

II.

En torno a las relaciones sociales: nosotros y ellos. Un análisis a partir de los procesos incoados al presidente de la Audiencia de Quito a mediados del siglo XVIII. TAMAR HERZOG

III.

«Empapelar» al enemigo. El recurso a los procesos judiciales como estrategia de la acción política (Nueva Granada entre colonia y república). PILAR LÓPEZ BEJARANO

IV.

Negociación y conflicto entre poblaciones indígenas y blancomestizas en la sierra ecuatoriana en el marco de la construcción en la sierra ecuatoriana en el marco de la construcción jurídica del Estado, 1830-1857. VIVIANA VELASCO HERRERA

V.

Cortar la causa, no admitir más escrito, obligar al perdón. Sentencias judiciales para administrar la paz quebrada por las injurias (Chile, 1790-1873). MARÍA EUGENIA ALBORNOZ VÁSQUEZ

Segunda parte
LA JUSTICIA Y SUS ADMINISTRADORES

I.

Vivir de la justicia. Los réditos del oficio de juzgar y su incidencia en las disputas jurisdiccionales (Castilla en la temprana Edad Moderna). ELISA CASELLI

II.

«En defensa de los ministros afligidos de Su Majestad». Las alegaciones jurídicas (porcones) en favor de los jueces del Antiguo Régimen. INÉS GÓMEZ GONZÁLEZ

III.

«Otorgo que doy mi poder cumplido». Apoderamiento y representación voluntaria en la administración de justicia virreinal (Santiago de Chile, 1647-1725). AUDE ARGOUSE

IV.

Suplicios capitales y humillación del cadáver en la justicia penal de la Monarquía Hispánica: el caso de San Luis Potosí en 1767. JUAN CARLOS RUIZ GUADALAJARA

V.

La justicia y el gobierno político militar de Tlaxcala entre las reformas borbónicas y la independencia (1786-1821): los gobernadores militares. VÍCTOR GAYOL

Tercera parte
DE LAS JURISDICCIONES CONCURRENTES
A LA REORGANIZACIÓN JUDICIAL DECIMONÓNICA

I.

La Audiencia de Lima entre la administración de justicia y las luchas políticas por el control del virreinato (siglo XVI). MANFREDI MERLUZZI

II.

Los otros jueces: vicarios eclesiásticos en las parroquias de la diócesis de Buenos Aires durante el periodo colonial. MARÍA ELENA BARRAL y MIRIAM MORICONI

III.

Esclavos, alcaldes y municipios. La justicia local en una región de frontera. FEDERICA MORELLI

IV.

Administración de justicia, derecho, gobierno y prácticas judiciales en la construcción estatal (Buenos Aires, 1821-1886). MELINA YANGILEVICH

V.

La supresión del cabildo y la creación de los juzgados de paz: dimensión provincial de la justicia de equidad en el litoral rioplatense (Santa Fe, 1833). DARÍO G. BARRIERA

Notas biobibliográficas de los autores

Índice general

 

PRÓLOGO

Desde los inicios del proyecto de investigación State Building in Latin América (SBLA),1 financiado por el European Research Council,2 que dirigimos en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona entre 2008 y 2014, tuvimos conciencia de que una de las cuestiones centrales a encarar en el transcurso de la tarea investigativa sería la concerniente a la administración de justicia, dada la relevancia que este fenómeno había tenido en la configuración del poder, tanto en la Península como en los dominios americanos, antes y después del proceso independentista.

Los cambios y las continuidades vinculados a la problemática de la justicia en las nuevas experiencias nacionales que estaban naciendo en las primeras décadas del siglo XIX en la América ibérica, sin lugar a dudas, forman una parte substancial de nuestro proyecto. Tras haber transitado -y dado a conocer en una serie de publicaciones3 por aristas fundamentales como son las relacionadas con fiscalidad y hacienda pública, las exigencias de hacer frente a las guerras internas y externas con recursos siempre escasos, o la evolución de una administración capaz de responder a todos esos desafíos merced a la creación o (según los casos) a la reorganización de una incipiente burocracia, nos encontramos ahora en condiciones de presentar este volumen, coordinado por nuestra colaboradora Elisa Caselli. El objetivo que este libro persigue es el de ofrecer algunas respuestas a las muchas inquietudes y discusiones que sobre la complejidad del terreno judicial habían surgido en las sucesivas reuniones realizadas a lo largo de estos años.

La administración de justicia había sido tratada de manera tangencial por nuestro proyecto en un workshop (realizado en octubre de 2012 en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador), algunos de cuyos trabajos fueron publicados en un dosier de la revista Illes i Imperis de Barcelona en su número 15. Sin embargo, convencidos de que la cuestión era central para nuestra investigación y merecía, por lo tanto, un tratamiento específico, decidimos dedicarle un espacio propio dentro del proyecto. Fue así como confiamos a Elisa Caselli -colaboradora del proyecto, como se ha dicho, que desde hace varios años investiga sobre esta materia- la convocatoria a destacados especialistas en el tema para participar de este libro, cuya coordinación quedó, asimismo, en sus manos.

Al conjunto de autores se les había encomendado estudios que abordasen la temática de la administración de justicia, es decir, la justicia en su desarrollo cotidiano, en el espacio peninsular e iberoamericano desde la temprana Edad Moderna hasta la conformación de los estados-nación, en el siglo XIX.

La respuesta de los especialistas aquí reunidos no solo estuvo a la altura del desafío que en un comienzo habíamos planteado, sino que la ha superado. El lector tiene ahora en sus manos un libro cuyo rico contenido, sustentado además sobre rigurosas investigaciones de base, encara de forma renovada las cuestiones más problemáticas en torno a la justicia y su administración en el mundo ibérico a ambos costados del Atlántico.

JUAN CARLOS GARAVAGLIA

Emeritus ICREA/UPF, Barcelona

Directeur d’études, EHESS, París

 

INTRODUCCIÓN

ELISA CASELLI

En los últimos lustros, la historia de la justicia del Antiguo Régimen, como tema y como problemática, ha cobrado centralidad en el terreno de la investigación. Los ángulos de observación se multiplicaron, excediendo el marco de la historia institucional dentro del cual los estudios, en especial aquellos provenientes de historiadores del derecho, habían permanecido durante décadas.

Los procesos judiciales, las relaciones de causas o las ejecutorias ganaron así protagonismo frente a las tradicionales fuentes jurídicas. Desde esta óptica, los ordenamientos, pragmáticas, cédulas y demás disposiciones de índole normativa, lejos de ser abandonados, comenzaron a interpretarse en relación con la dinámica judicial y con el uso social que de ellos se hacía. Por su parte, la información que proporcionan las fuentes judiciales es de una riqueza tal que permite realizar análisis que sobrepasan los límites de la administración de justicia en sentido estricto: traslucen imágenes de la vida cotidiana, dejan apreciar la operatividad de arbitrajes, costumbres o leyes no escritas -que socialmente pesaban tanto o más que los ordenamientos-, y lo que es aún más importante: permiten ubicar a la justicia en la dimensión cabal que entonces tenía, es decir, en su aspecto gubernamental y, por ende, político. Tal caudal informativo ha invitado, asimismo, al entrecruzamiento con otro tipo de fuentes para complementar y optimizar el análisis interpretativo.

En el ámbito hispanoamericano, heredero de una cultura jurídico-judicial común, los estudios no han permanecido ajenos a este proceso de renovación. Durante largo tiempo, la división impuesta por instancias académicas entre España y la América española había logrado escindir un ámbito que históricamente era uno: el de la Monarquía Hispánica. Por fortuna, esa parece ser una brecha superada. Aunque en la mayoría de los organismos de enseñanza las asignaturas continúen presentándose como compartimentos estancos, cada vez son más los investigadores (y los equipos de investigación) que, a través de estudios transversales e interdisciplinarios, hacen que los marcos de discusión propuestos coincidan más con la realidad histórica que con las exigencias institucionales.

En esta dirección, trabajos realizados sobre la justicia a ambos lados del Atlántico, aun cuidando de las ricas particularidades locales, exhiben la presencia o los vestigios -según el periodo tratado- de un formidable sustrato común, no solo en el aspecto jurídico, más evidente, sino también en la dinámica cotidiana de su administración. La consideración de administrar justicia como un acto de gobierno, las prácticas de quienes se encontraban encargados de impartirla, las actitudes de los agentes sociales frente a las diversas instancias judiciales, la defensa de los fueros y, muy especialmente, las disputas jurisdiccionales (y por lo tanto, políticas), han sido y son temas recurrentes que evocan esa cultura común.

En el amplio espacio americano se fueron perfilando rasgos específicos, que adquirieron en cada lugar distinta acentuación de acuerdo a la mayor o menor presencia de pueblos originarios y a la organización espacial y jurisdiccional gestada desde los primeros tiempos de la colonización. No obstante, aun así prevalecieron aspectos esenciales que dotaron a ese espacio de un continuum subyacente; un sustrato que permite pensarlo y presentarlo bajo un criterio de unidad en tanto perteneciente al conjunto de la Monarquía.

Desde comienzos del siglo XIX, las revoluciones independentistas quebraron esa unidad política abriendo un extendido y conflictivo proceso dentro del cual se fueron conformando los nuevos estados latinoamericanos. Sin embargo, tanto en lo concerniente al orden jurídico como a la manera de llevar a cabo la administración de justicia, las nacientes entidades políticas hubieron de conservar durante largo tiempo las características principales del régimen anterior.

El libro que el lector tiene en sus manos viene a cumplir con un propósito nacido hace tiempo: el de reunir en un volumen trabajos que, desde distintos ángulos, muestren esas características comunes recién aludidas, dentro del orbe jurisdiccional de la Monarquía Hispánica primero y de los incipientes estados nacionales después, en los que la influencia hispana pervive hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX. En las instancias de debates, conferencias y puestas al día del que hacer historiográfico llevadas a cabo conjuntamente con el grupo de investigación del proyecto State Building in Latin América, dirigido por Juan Carlos Garavaglia, la historia de la justicia fue con frecuencia objeto de discusión. En esas reuniones tuve oportunidad de señalar y debatir respecto de las fuertes similitudes presentes en la dinámica judicial tanto en España como en América; fue allí donde las inquietudes de comunicarlas en un volumen tomaron forma. Se decidió, entonces, convocar a especialistas en el tema para invitarlos a colaborar en la empresa. El resultado de esa convocatoria, que tuve el gusto de proponer y luego coordinar, es el que se plasma hoy en este libro. Cabe aclarar que, en atención a la temática central propuesta, en todos los estudios en él contenidos prima la preocupación por una justicia vista desde su administración, es decir, por una justicia puesta en práctica.

La administración de justicia, que en efecto se erige como eje vertebrador de este libro, es un fenómeno complejo que condensa en sí distintas manifestaciones de la realidad social, las cuales, por lo tanto, abren el juego a variables interpretativas también diversas. Si la concepción de juez supremo como potestad primigenia de los monarcas medievales se sostuvo en el tiempo, diseminándose durante los siglos sucesivos en el orbe jurisdiccional de la Monarquía, se debió entre otras razones a que constituía la manera más palpable de concretizar la presencia real hasta los confines más remotos de sus dominios. Y aunque en la práctica esa justicia transitara por senderos, a nuestros ojos, dificultosos o enmarañados según el periodo y el lugar, no perdió por ello su esencia prístina: expresar la capacidad más sustantiva de gobernar un espacio -y de algún modo, esto explicaría el lazo férreo que durante tanto tiempo vinculó la administración de justicia a las tareas de gobierno-. Ahora bien, desde los justiciables o pleiteantes, la justicia no se limitaba al hecho de ser un nexo con la autoridad ni, desde ya, se consumía en ese solo aspecto. Por otra parte, si se observa a quienes tenían en sus manos la facultad para administrar justicia -en su diversidad- se verá que estos tampoco circunscribían a aquella sus capacidades o funciones. Los estudios sobre el desarrollo judicial cotidiano despliegan un abanico lo suficientemente amplio como para apreciar la multiplicidad de factores que en él se conjugaban y que iban más allá del acto de impartir o demandar justicia. Con el fin de lograr una mejor exposición de los temas abordados en el presente volumen, los trabajos en él reunidos, en atención al planteamiento principal que en ellos se sostiene, han sido divididos en tres apartados dentro de los cuales se han ordenado cronológicamente. De todas maneras, ello no significa -y esto bien vale aclararlo- que el contenido de cada capítulo se restrinja o se limite a tratar lo enunciado en los subtítulos.

Para quienes hacemos de los procesos judiciales nuestras fuentes privilegiadas -en su doble dimensión: cuantitativa y cualitativa- es posible reconstruir merced a estos preciosos documentos distintos fragmentos de la sociedad estudiada: postales de la vida cotidiana, de lo frecuente e infrecuente de ciertas actitudes, de lo que se consideraba pertinente pero también de aquello tenido por impropio, de las razones que movían a los pleiteantes a acercarse a un juez, de aquello que era esperable y lo que no, etc. Pero también resulta relativamente sencillo percibir que la recurrencia a la justicia podía comportar, más allá del reclamo preciso y evidente, otros móviles: la denuncia de un hecho acaecido hacía tiempo, presentada en un momento apropiado con el fin oculto de perjudicar a un rival social, comercial o político, o, simplemente, buscar o esperar al juez que podría resultar más beneficioso -por mencionar solo unos ejemplos-, suelen ser casos con los que es fácil toparse. Unos y otros, la demanda o reclamo formal y aquello que en verdad lo motivaba -o, si se prefiere: lo explícito y lo implícito- tenían lugar en una concepción judicial particular y constituían una vía habitual para la resolución de conflictos, como también lo era acudir a instancias judiciales informales; eran los usos sociales y políticos de la justicia. Abordar esas cuestiones, partiendo de distintos presupuestos, resulta clave para conocer el mundo judicial aquí estudiado y así lo hemos entendido desde un comienzo.

Los trabajos reunidos en la primera parte de este libro se dedican, precisamente, a indagar en esos usos. Tomás Mantecón realiza un exhaustivo estudio sobre la infra justicia o manifestaciones informales de la justicia, aquellas que se deslizaban en las fronteras del derecho pero que de ninguna manera estaban fuera de él. Se trataba de prácticas cuya presencia es rigurosamente ponderada por el autor y que se asentaban sobre valores consuetudinarios que servían no solo para canalizar los conflictos, sino también para definir aquellos comportamientos que la comunidad podía considerar aceptables o tolerables y aquellos que no, marcando incluso sus límites, como muy bien se aprecia a la luz de la documentación analizada.

Tamar Herzog se sirve de los procesos a los que fuera sometido el presidente de la Audiencia de Quito, a mediados del siglo XVIII, para reflexionar, a través de los enfrentamientos que el caso trasluce, en torno a cómo concebir las relaciones sociales y las redes. Sus observaciones, centradas en la percepción de los contemporáneos, ponen sobre el tapete la discusión respecto a la presencia, la fuerza y el alcance relativo de las redes. Atendiendo en especial al carácter circunstancial -a veces efímero- de las redes, se interroga sobre nuestra capacidad y habilidad como investigadores para poder reconstruirlas en el pasado, adjudicándoles sentido y significación. En estrecha relación con el planteamiento de Tamar Herzog se encuentra el trabajo propuesto por Pilar López Bejarano, quien ofrece un agudo análisis sobre un caso de adulterio con intrigas políticas, repercusiones económicas y ribetes en verdad atractivos -que logra reconstruir merced a expedientes judiciales y otros documentos relacionados-, que tuvo como escenario la sociedad neogranadina colonial en su transición a la república. La autora se preocupa en mostrar, precisamente, las configuraciones cambiantes de los vínculos, los comportamientos circunstanciales de los agentes y la recurrencia a la justicia como una estrategia en la que podían converger, sin excluirse, motivaciones personales, intereses económicos e intenciones políticas.

Viviana Velasco Herrera brinda los primeros resultados de una investigación que la ha llevado a revisar un frondoso y hasta ahora poco explorado repositorio documental como es el que conserva procesos judiciales que involucran a las poblaciones indígenas ecuatorianas. Su trabajo tiene un doble mérito: por un lado, visibiliza a los indígenas en tanto agentes sociales -un aspecto clave si se recuerda que en el periodo abordado (1830-1857) representaban cerca del 60% de la población, pero que, sin embargo, eran casi inexistentes en los textos constitucionales y demás documentos oficiales-; por otro, muestra además cómo acudían a las diversas instancias judiciales a su alcance, aunque estas se circunscribieran a un escaso abanico de opciones y aunque contaran con un margen de posibilidades muy estrecho para obtener una sentencia favorable. Los expedientes judiciales dejan ver, asimismo, conflictos internos que atravesaban las comunidades, como también ciertos acuerdos entre caciques y autoridades blanco-mestizas, que desdibujan la clásica división establecida entre unos y otros.

La primera parte se cierra con el capítulo de María Eugenia Albornoz Vásquez, quien estudia los pleitos seguidos por injurias en Chile, y lo hace abarcando un amplio arco temporal: 1790-1873. La autora explora con minuciosidad un importante corpus documental deteniéndose en los motivos que ponían punto final a cada causa. El énfasis está colocado en la cultura jurídica que subyace a esos casos de injurias y en cómo los pleiteantes podían hacer bascular sus deseos de justicia desde una manifiesta voluntad de mantenerse como litigantes hacia el desistimiento expreso o bien hacia un avenimiento entre partes, que solía transitar por una transacción compensatoria. Examina, asimismo, las variaciones producidas a lo largo del siglo -dentro de ellas, el cambio más notable llegaría de la mano de la implementación de una justicia de carácter eminentemente letrada- y cómo esas modificaciones afectarían tanto al papel desempeñado por los jueces como a la voluntad y las opciones de los litigantes.

Pensar en la justicia hace evocar de inmediato la figura de los jueces. En efecto, los administradores de justicia constituían (y constituyen aún) el componente clave del mundo judicial, y a ellos se aboca la segunda parte de este libro. Como se ha dicho, durante el Antiguo Régimen el acto de impartir justicia se alzaba como uno de los que con mayor claridad expresaba el ejercicio de la autoridad, conformando una de las funciones centrales de gobierno. Claro está que la tarea de administrar justicia comprometía no solo a los jueces, pues eran numerosos los cargos y oficios implicados en el desarrollo judicial. Los jueces y demás oficiales recibían como pago por su trabajo, según el caso: salarios, ayudas de costas, aranceles, porcentajes estipulados sobre determinadas actividades, partes proporcionales de las penas pecuniarias, etc. En un ámbito como el de la Monarquía Hispánica, donde los cargos se vendían o se enajenaban, pública o privadamente y bajo distintas formas, indagar los modos concretos a través de los cuales los agentes vinculados a la administración de justicia obtenían réditos de sus oficios parecía ser un aspecto central a investigar, y a ello se dedica el capítulo que me concierne. El análisis se circunscribe, aproximadamente, al reinado de los Reyes Católicos, de importancia capital por tratarse de un periodo de reorganización gubernamental y, en especial, judicial, perfilándose en esos años el modelo que luego se trasladaría a las Indias. Según tratamos de mostrar, la manera de hacer redituable un oficio -o a veces simplemente de procurar hacer efectivo el salario asignado- constituía una faceta medular dentro del desarrollo judicial, pues no solo incidía en la relación entre justiciables o pleiteantes y juzgadores, sino que también desempeñaba un papel, a mi juicio cardinal, en las disputas competenciales e incluso jurisdiccionales.

Para supervisar la actividad judicial, asegurar una correcta administración de justicia -que se realizaba en nombre de los reyes- y evitar que los responsables de llevarla a cabo cometieran actos de abusos, prevaricación o negligencia, se pergeñaron, como es sabido, diversos dispositivos de control, como las pesquisas, las visitas o los juicios de residencia. Los jueces observados en estos procesos de fiscalización expresaban sus pareceres en alegaciones que dieron lugar a una prolífica y muy rica documentación: los «porcones», que Inés Gómez González explora con agudeza. A través del análisis de alegaciones presentadas ante tribunales castellanos e indianos a mediados del siglo XVII, la autora logra una aproximación, que bien puede considerarse de corte micro histórico, a las magistraturas del Antiguo Régimen. Su atención no se centra tanto en la veracidad de los hechos narrados, como en la interpretación que de ellos hacían los jueces y, en particular, en la utilización y los fines de esos documentos. Destaca cómo al hacer circular sus porcones, los magistrados no solo ofrecían su versión de esos hechos, sino que los argumentaban jurídicamente para exculparse de las acusaciones que les habían sido imputadas, pero también para generar una opinión pública favorable que les permitiera mejorar su imagen ante el Consejo y recuperar así la reputación y la honra perdidas.

Un oficio clave en el quehacer judicial era el de escribano, no restringido al ámbito de los tribunales, sino también fuera de ellos. Aude Argouse expone el resultado de una intensa investigación realizada sobre actos notariales en el Reino de Chile desde mediados del siglo XVII hasta el primer cuarto del XVIII. Las tareas de los escribanos se hallaban orientadas tanto hacia las necesidades de la administración judicial como a las exigencias de los particulares: desde la confección de una declaración, un poder o un acto de venta, hasta el interrogatorio de testigos o del reo -en pleitos civiles o criminales- o la recopilación de documentos testimoniales, etc. Su oficio se encontraba, por consiguiente, estrechamente vinculado a la administración de justicia, no solo porque de ellos dependía en la mayoría de los casos el primer escalón procesal, sino porque incluso aquellos documentos elaborados previamente se hacían bajo la perspectiva de poder ser utilizados en algún momento como pruebas ante la justicia; en palabras de la autora, eran «actos con vocación judicial».

Entre las tareas de gobierno que, con frecuencia, se les asignaban a los administradores de justicia, en especial a jueces comisionados, se encontraba la de atender reclamos generales de vecinos de una o de varias villas próximas entre sí. Estas demandas podían responder a motivos muy diversos: atropellos cometidos por una autoridad local (ya fuera de señorío, laico o eclesiástico, o de realengo), inseguridad por la presencia de malhechores en la zona, denuncias por abusos de comerciantes o prestamistas, etc. -por mencionar casos con los que me he encontrado-. Juan Carlos Ruiz Guadalajara analiza las actuaciones que el visitador José de Gálvez realizara con el propósito de poner fin a importantes tumultos acaecidos en San Luís Potosí y otras ciudades aledañas en 1767. Las revueltas, principalmente indígenas, habían puesto en vilo a los vecinos españoles de la región, quienes se habían visto obligados a buscar refugio en distintos conventos y pedir auxilio al virrey. Las ejecuciones sumarias dispuestas por el oficial, que tenían la intención clara y explícita de castigar a los considerados culpables de crimen de lesa majestad, como, asimismo, de escarmentar a las poblaciones expectantes, le sirven al autor para ejemplificar la persistencia en Nueva España de las tradiciones más antiguas en materia de derecho penal castellano -cuyo recorrido a través del tiempo Ruiz Guadalajara examina, previamente, con sumo cuidado-, que fueron aplicadas con rigor, aun cuando en el contexto europeo del momento estaban siendo duramente cuestionadas.

Hacia finales del siglo XVIII, la mayoría de las jurisdicciones menores de Nueva España quedó a cargo de individuos que ostentaban algún grado en el ejército o las milicias, quienes pasaron a tener competencia en materia de gobierno, hacienda, guerra y también en el orden judicial. Dentro de ese proceso de militarización de los gobiernos provinciales, Víctor Gayol se detiene a estudiar el caso peculiar de Tlaxcala. Merced a una esmerada indagación documental logra dar cuenta de quiénes fueron sus gobernadores militares -sus antecedentes personales, su recorrido profesional, los méritos para el cargo-. Al mismo tiempo, el autor analiza, comparativamente, el desempeño de estos oficiales en el terreno judicial, en especial en lo concerniente a administración de justicia en primera instancia; allí destaca su papel como árbitros componedores y como mediadores, procurando la resolución de los conflictos sin necesidad de arribar a un proceso formal. Su preocupación se centra en ponderar si las actuaciones de estos gobernadores militares exhibían o no diferencias sustanciales respecto a corregidores, alcaldes mayores u otras justicias anteriores.

Si representáramos sobre un tapiz las configuraciones jurisdiccionales de la Monarquía Hispánica obtendríamos seguramente un tejido abigarrado. Sin embargo, esa falta de concierto para nuestros ojos tenía para los contemporáneos una operatividad muy clara, precisa y hasta útil -de ello no nos caben dudas-. Las precisiones y delimitaciones más claras de las instituciones en la actualidad han conducido a veces a interpretaciones erróneas respecto tanto de las entidades políticas del pasado como de quienes se desenvolvían en ellas y sobre el modo en que lo hacían. Las superposiciones jurisdiccionales, que complicarían las definiciones en ese tapiz imaginado, respondían a (con)formaciones que se habían ido gestando desde los siglos bajomedievales: espacios delegados -pero jamás renunciados- por la Monarquía, afianzamiento de los señoríos eclesiásticos, consolidación de los poderes urbanos, comunidades de aldeas que resistían en sus usos y costumbres, y un largo etcétera. Esa paulatina configuración, a la vez que fue resultando en espacios jurisdiccionales y, por ende, judiciales superpuestos, forjó poco a poco una habitud particular en la manera en que los hombres y las mujeres fueron haciendo y asiendo la justicia; esas jurisdicciones concurrentes de justicia real (con sus alcaldes, corregidores, oidores, jueces comisionados...), de jueces eclesiásticos, de jueces árbitros o amigables componedores, entre otras posibles, eran connaturales a las relaciones sociales y políticas de entonces. Y eran esas concepciones relacionales las que llevaban consigo quienes dominaron primero y organizaron después el inmenso espacio americano; aunque en cada lugar hayan fraguado con variantes acordes a la mayor o menor presencia de pueblos originarios, al modo en que se impusieron o a los vínculos que con ellos se establecieron.

Dicho universo de jurisdicciones concurrentes arraigó en todo el ámbito americano de la Monarquía Hispánica, hasta el punto de que, aun cuando a comienzos del siglo XIX empezara a resquebrajarse en distintas entidades políticas, estas conservarían durante décadas un fuerte sustrato jurídico y judicial común. A indagar sobre esa concurrencia judicial y competencial en el espacio americano y sobre su persistencia tras las revoluciones independentistas se dedican los capítulos comprendidos en la última parte de este volumen.

Manfredi Merluzzi apunta al corazón de las disputas competenciales al analizar las rivalidades entre los miembros de la Audiencia de Lima y el virrey en el primer siglo de vida del Virreinato del Perú. Muestra cómo esas pujas, que luego se extenderían a la Audiencia de Quito, nacían de una falta de delimitación clara, tanto desde el punto de vista teórico como práctico, entre tareas de gobierno y de justicia. Más que una definida intencionalidad política por parte de la Corona -que buscaría impedir el fortalecimiento ocasional de algún servidor al que luego en la distancia se volvería dificultoso controlar- eran la ambigüedad y la falta de nitidez de las cédulas e instrucciones regias las que se encontraban en la base de esa indiferenciación causante de conflictos, enfrentamientos que, a la postre, tenían una repercusión flagrante en el funcionamiento institucional.

La justicia eclesiástica asumía la jurisdicción universal sobre el alma de todos los súbditos del orbe católico; pero esta jurisdicción en principio inmaterial extendía su competencia más allá del castigo de los pecados. En el desarrollo judicial cotidiano los jueces eclesiásticos intervenían no XVIXVIII