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Título original: The Heal of Healing with Ayurveda

Traducido del inglés por Francesc Prims

Diseño de portada: Editorial Sirio S.A.

Composición ePub por Rafael Olivares

Diseño y maquetación: Toñi F. Castellón

En una rueda se juntan treinta radios, pero es el hueco central el que permite que la rueda gire.

TAO TE CHING

PRÓLOGO

En el momento en que eres lo bastante mayor como para poder hacerte con el volante, la responsabilidad es tuya.

J. K. ROWLING

La búsqueda de una mejor salud y de más energía es una de las mayores preocupaciones de los occidentales en la actualidad. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la principal causa de muerte y discapacidad en los Estados Unidos son, hoy en día, las enfermedades crónicas. Las afecciones cardíacas y el cáncer se encuentran entre las que se llevan más vidas, y la artritis, la diabetes y la obesidad son sus secuaces a la hora de discapacitar a millones de estadounidenses.

Aproximadamente la mitad de los adultos de los países occidentales padecen una o más de las enfermedades crónicas antes mencionadas. ¿Eres uno de ellos? ¿Quieres evitar formar parte de estas desafortunadas estadísticas?

Si has elegido este libro porque has oído hablar del ayurveda o la medicina ayurvédica y te preguntas qué es, cómo funciona y si te puede ayudar, estás listo para sentarte en el asiento del conductor para emprender un viaje que va a transformar y mejorar tu salud y tu vida. En la obra que tienes entre tus manos, Michelle Fondin logra que la antigua y esotérica ciencia del ayurveda sea accesible para todos los lectores que albergan el deseo de mejorar su salud. Te presentará esta ciencia holística y te proporcionará maneras simples, prácticas y creativas de mejorar tu salud en todos los aspectos.

Mi esposo, el médico y profesor ayurvédico Shekhar Annambhotla, ha sido testigo de la transformación de la salud de sus pacientes tras haber adoptado, conscientemente, un estilo de vida ayurvédico. En su centro Ojas Ayurveda Wellness Center, ubicado en nuestra ciudad natal (Coopersburg, en Pensilvania), ha ayudado a pacientes con obesidad, artritis, cáncer, depresión, estreñimiento, insomnio, asma y otras enfermedades crónicas a incorporar los principios del ayurveda en sus vidas y a obtener mejoras importantes en su salud general. Su enfoque compasivo y holístico inspiró a una paciente que luchaba contra la obesidad a comenzar a tomar sorbos de agua caliente durante todo el día, a hacer que su comida principal pasase a ser el almuerzo en lugar de la cena y a reducir su consumo de dulces y carnes, alimentos demasiado pesados. Estos sencillos cambios le permitieron perder muchísimo peso, ganar muchísima energía y vitalidad y lograr mejoras en otras áreas de su vida. La «rueda» se puso en movimiento, realmente.

Otra paciente, que llevaba padeciendo insomnio durante más de diez años, estaba empezando a sentir sus efectos ­debilitantes: le estaba provocando problemas de salud más graves. Había probado con varios somníferos que le había recetado el médico pero no había obtenido buenos resultados, a causa de los efectos secundarios que había experimentado. Como es el caso de muchos de los pacientes que acuden por primera vez a mi marido, llegó a un punto en que se vio obligada a tomar las riendas de su salud. Cuando ambos, paciente y doctor, se sentaron a examinar su dieta, sus hábitos diarios y su estilo de vida, él le dio algunos consejos que podría seguir fácilmente y que la ayudarían a dormir las horas que necesitaba. Al cabo de un par de días de aplicarse un masaje de aceite diario antes de ducharse, abandonar el café, beber una taza de leche caliente con hierbas ayurvédicas una hora antes de acostarse y masajearse las plantas de los pies con aceite caliente por la noche, ya dormía normalmente, sin tomar ningún fármaco. Prosiguió con una serie de terapias de desintoxicación suave (panchakarma) en el Ojas Ayurveda Wellness Center, que la ayudó a corregir unos desequilibrios que estaban profundamente arraigados en su fisiología.

Este ejemplo de mejoras contundentes de la salud como resultado de realizar unos sencillos cambios refleja en qué consiste exactamente el ayurveda, que es aún mucho más eficaz cuando se utiliza para conservar una buena salud y evitar que las enfermedades arraiguen en el cuerpo. Cuando conocí a mi esposo, llevaba mucho tiempo interesada en la alimentación saludable, el yoga, la meditación y los enfoques holísticos de la salud. Estaba intrigada por el conocimiento intemporal del ayurveda e interesada en saber más sobre cómo podía mejorar mi salud. Acabé enamorándome tanto de mi marido como del ayurveda. El compromiso, la pasión y la energía con que Shekhar comparte la sabiduría de esta ciencia han mantenido a nuestra familia saludable y vibrante, y está logrando esto mismo con las vidas de todos aquellos que acuden a él.

La Asociación de Profesionales Ayurvédicos de Norteamérica (AAPNA, por sus siglas en inglés), fundada por Shekhar en 2002, ofrece conferencias telefónicas educativas gratuitas desde 2008, cada dos meses. Cada conferencia cuenta con un orador perteneciente a la comunidad del ayurveda, el yoga o la medicina integrativa. Cuando Michelle Fondin presentó la edición original del libro que tienes entre manos (en inglés) en septiembre de 2014, mi marido supo que beneficiaría a cualquiera que estuviese listo para llevar a cabo un cambio positivo en su salud.

Así como Patanjali, el padre del yoga, definió ocho caminos yóguicos, Michelle Fondin identifica y explica ocho radios en la rueda de la salud, que constituyen el dharma o propósito de vida. Estos radios son: la salud física, la salud emocional –que incluye las relaciones saludables y la sanación del pasado–, la salud espiritual, la salud ambiental, la salud ocupacional y la salud económica. En el centro de esta rueda de ocho radios estás tú. Fondin te equipa con todo lo que necesitas para empezar a responsabilizarte de tu salud usando los principios ayurvédicos. Incluye un cuestionario de evaluación sobre los doshas para ayudarte a determinar cuál es tu constitución mente-cuerpo (prakruti), te hace preguntas para ayudarte a descubrir tu dharma, te ofrece ideas creativas para que conviertas tu dharma en una realidad, te proporciona consejos para que puedas diseñarte un plan de alimentación ayurvédico personalizado, esboza un método de ­sanación emocional, presenta muchos otros programas y listas fundamentales, y acaba cada capítulo con una serie de acciones que debes emprender por el bien de tu salud, a modo de recordatorio. Si trabajas con este libro de principio a fin, haciendo uso de los recursos que se exponen, obtendrás lo que buscas: verte firmemente asentado en el camino de la salud y el bienestar.


SUDHA BULUSU Y EL DOCTOR SHEKHAR ANNAMBHOTLA,

fundador del Ojas Ayurveda Wellness Center y de

la Asociación de Profesionales Ayurvédicos de Norteamérica (AAPNA)

PREFACIO

MI HISTORIA

Mirando atrás, a mis primeros recuerdos concernientes a la salud, sé que siempre he sido consciente de ella, pero que no siempre he estado necesariamente saludable.

A los doce años, leí el libro de Richard Simmons sobre la pérdida de peso y me interesé por sus vídeos; más tarde practiqué la gimnasia estilo Jane Fonda y empecé a hacer yoga a los dieciocho años. Así comenzó mi pasión por la vida sana. Pero no fue hasta los veintiocho años (por aquel entonces era madre de dos niños pequeños) cuando mi vida dio un brusco giro. Recibí esa devastadora noticia que nadie quiere oír: «Tienes cáncer» (de tiroides). Durante todo el proceso de curación, no dejé de preguntarles a los médicos: «¿Qué me causó el cáncer?». Ninguno de ellos pudo darme una respuesta ni remotamente satisfactoria. Me sentía insatisfecha con esa falta de conocimiento. En lo más profundo de mí, sabía que tenía que haber una razón por la que, a los veintiocho años, me había dejado enfermar. Y no me detuve hasta que encontré esa razón.

De una forma «casual», fui conducida al ayurveda, desarrollado en la India hace cinco mil años. Un amigo me entregó el libro La perfecta salud, del doctor Deepak Chopra, que me introdujo en un sistema médico que entendía mi pregunta. La práctica del ayurveda nos lleva a la causa raíz de las enfermedades por medio de ayudarnos a entender cómo se originan en nosotros.

Algún tiempo después, comencé a practicar un estilo de vida ayurvédico y obtuve resultados. Sin embargo, no rechacé el tratamiento alopático tradicional y pasé por dos intervenciones quirúrgicas y por tratamientos con yodo radioactivo. Pero el ayurveda me ayudó en mi camino hacia la curación, porque en lo más profundo sabía que si no descubría el porqué de mi enfermedad, sufriría una recaída. También analicé minuciosamente todos los aspectos de mi vida en busca de respuestas. Según mi lógica, solo con que un área de mi vida estuviese desequilibrada, me estaba abriendo a la enfermedad. La idea de este libro surgió de mi enfoque multifacético de la curación. Mi viaje por la enfermedad y de regreso al bienestar me llevó a creer que si me sentía frustrada con el sistema médico actual, por su falta de respuestas, debía de haber un sinnúmero de personas más con esta misma frustración.

Este libro está concebido para ayudarte a encontrar las respuestas que buscas por medio de descubrir a tu propio sanador interior. La guía que te ofrezco es práctica, fácil, lógica e intuitiva. El ayurveda adopta un enfoque equilibrado y no sugiere que nos situemos en algún extremo. Ten cuidado con cualquier plan de salud de tinte radical. Debes saber que, como todo lo auténtico, los cambios requieren tiempo. Sé paciente contigo mismo y no esperes resultados de la ­noche a la mañana. En mi viaje personal, no fue hasta tres años después de mi tratamiento contra el cáncer cuando sentí que gozaba de una salud excelente. Es más tiempo del que necesitan la mayoría de las personas. Pero si me hubiese rendido, no estaría como estoy hoy, a los cuarenta y tres años: mucho más sana de lo que estuve nunca antes de los veintiocho.

Acabaré citando a uno de mis profesores favoritos, el doctor Chopra: «El ayurveda no consiste en añadir años a tu vida, sino en añadir vida a tus años». Disponte, pues, a añadir vida a tus años. Llegaste a tu vida, este paréntesis en el tiempo, para poder vivirla.

INTRODUCCIÓN

REINVENTANDO LA RUEDA

En el actual clima económico, político y social de los países industrializados, el tema de la salud es más importante que nunca. En el momento de escribir estas líneas, en 2014, una parte importante de la población de Occidente es obesa. De acuerdo con las cifras más recientes publicadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, el 35,7% de las personas del país tienen sobrepeso 1.

Siete de cada diez muertes que se producen entre los estadounidenses cada año son el resultado de enfermedades crónicas. Las enfermedades cardíacas, el cáncer y los accidentes cerebrovasculares dan lugar a más del 50% del total de fallecimientos anuales 2.

Y el siguiente dato es escalofriante: en 2005, ciento treinta y tres millones de estadounidenses, o uno de cada dos adultos (el 50%), sufrían al menos una enfermedad crónica 3.

Y ¿qué tienen en común estas afecciones? El hecho de que todas ellas son casi cien por cien evitables.

Sin embargo, el problema de las enfermedades sigue presente. Los costes sanitarios, ya sean sufragados en su ­totalidad por los ciudadanos o subvencionados por el gobierno, se han vuelto astronómicos. Y no solo eso, sino que seguirán aumentando. Hemos desarrollado una tecnología innovadora y hemos dedicado grandes recursos a la investigación y las medicinas experimentales, todo ello en un esfuerzo por curar cualquier enfermedad conocida por la humanidad.

A pesar de todo, seguimos enfermando más, en conjunto, a medida que pasan los años. ¿Cuáles son las razones de esta incongruencia?

Una de ellas puede ser el hecho de que la enfermedad normalmente se descubre cuando ya se encuentra en las últimas etapas de su desarrollo. Muchas personas sufren un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular, o se enteran de que tienen cáncer, cuando su enfermedad está muy avanzada. En estos casos, puede ser que la tecnología más avanzada o los más modernos medicamentos no consigan ayudarlas, por lo que, sencillamente, seguirán enfermas. Una segunda razón puede ser el frágil estado en que se hallan muchos pacientes. Las personas mayores y los niños pequeños son más vulnerables frente a ciertas enfermedades, y los medicamentos o procedimientos utilizados para tratarlos pueden hacerles más mal que bien a sus cuerpos.

Los costes son otro de los motivos por los que muchas personas siguen enfermas. Muchos estadounidenses carecen de seguro sanitario, o el que tienen les ofrece una escasa cobertura. En cualquiera de los dos casos, es más probable que una persona enferma espere hasta que los síntomas sean insoportables antes de visitar al médico. E incluso entonces muchos tratamientos son prohibitivos y los pacientes, literalmente, no pueden acceder a ellos.

Y por último, hoy en día, una de las causas más habituales de las enfermedades es el estilo de vida que llevamos. Lo que hacemos, y lo que no hacemos, nos está matando. Esta noticia es más positiva que negativa, sin embargo, porque, en gran medida, significa que tenemos el control directo de nuestra salud. Incluso si somos escépticos podemos, por medio de cambiar ciertas rutinas y hábitos diarios, mejorar nuestro estado de salud.

En algún momento, la responsabilidad de nuestro bienestar pasó a recaer en alguien que estaba ahí fuera. De alguna manera, le cedimos el control de nuestra salud a alguien o algo: a los doctores, a las compañías de seguros médicos, a las farmacéuticas, a los productores de alimentos, a los químicos y, sí, incluso a los anunciantes. Nuestra renuncia ha llegado tan lejos que ya no sabemos a quién culpar de nuestro pobre estado de salud. La solución no parece estar en el futuro, así que volvamos atrás, a la sabiduría de antaño.

Los conceptos que se tratan en este libro nos devuelven el control y la responsabilidad. Puedes labrar tu camino hacia el bienestar por medio de hacerte cargo de tu vida y aprender a usar los ocho «radios» de la rueda medicinal del ayurveda. El hecho de que tomes el control no significa necesariamente que vayas a gozar siempre de una salud perfecta; hay demasiadas variables en juego como para poder predecir este resultado. Pero ten la seguridad de que si llevas a cabo los cambios oportunos, estarás mejor equipado para procesar la enfermedad cuando te golpee (si alguna vez lo hace).

A medida que recuperes el control, se disipará cualquier miedo que albergues en relación con tu estado de salud. Y cuando tu miedo se disipe, serás capaz de enfocar tu energía en vivir al máximo. Esto te permitirá tener la vida a la que aspiras. A medida que cambies el enfoque, irás aprendiendo a ampliar tu concepto de la salud. En general, pensamos en ella como vinculada al cuerpo físico: si estamos fuertes y no sentimos dolor, declaramos que estamos sanos; pero si experimentamos dolores y molestias u otros síntomas, afirmamos que estamos enfermos. Cuando abraces las ideas que trato en este libro, tendrá lugar un cambio en tu sistema de creencias.

Este volumen está dedicado al ayurveda, un sistema médico con origen en la India que tiene en cuenta tanto la mente como el cuerpo. Mi formación y mi práctica al respecto me han permitido utilizar su concepto de la totalidad en mi vida y en las vidas de cientos de pacientes, que han advertido resultados inmediatos al aplicar sus principios.

El concepto de la totalidad puede entenderse a partir del ejemplo siguiente. Supón que tienes la intención de comprar una casa nueva. Has decidido cuáles son las características que debe presentar tu hogar. Por ejemplo, pasas mucho tiempo en la cocina preparando comidas gourmet, de modo que tu prioridad es que la vivienda cuente con una gran cocina. Pero también te gustaría que la casa dispusiese de grandes ventanales, un baño principal de tamaño decente y cuatro dormitorios; además, debería tener un precio razonable y estar situada en una calle tranquila. Buscas un agente de bienes raíces y le comentas tu pasión por la cocina; le explicas cuánto te gusta volver a casa del trabajo, preparar la comida y disfrutarla con tu familia. A continuación, le comentas las otras características que te gustaría que tuviese la casa. El bienintencionado agente, sin embargo, escucha solamente lo relativo a la cocina y procede a mostrarte una serie de ­inmuebles que tienen unas cocinas fabulosas, sin prestar atención a tus otras especificaciones. Después de ver algunas casas dotadas con hermosas cocinas pero demasiado caras, unos baños principales estrechos y unas ventanas pequeñas (casas que, además, están ubicadas en el centro de la ciudad o tienen solamente dos dormitorios), te quejas al agente de que no te está mostrando lo que buscas. Él responde: «¡Pero si usted dijo que le encanta cocinar en una cocina bien equipada! Todas estas casas tienen unas cocinas estupendas».

Ver la salud como algo relacionado únicamente con el cuerpo físico es lo mismo que comprar una casa de la que solo nos gusta una estancia en concreto. La mayoría de nosotros estaríamos de acuerdo en que deben confluir muchos factores para que nos decidamos a adquirir una determinada vivienda. Una vivienda supone una gran inversión de nuestros recursos y nuestro tiempo. Si basamos la compra en un solo factor, podemos encontrarnos con grandes problemas más adelante, cuando descubramos que las tuberías están defectuosas, que el tejado tiene desperfectos o que los armarios son pequeños. Pues bien, así como nuestra residencia es una inversión muy importante, nuestra salud también lo es. Aprender a vivir la vida de acuerdo con un modelo holístico requiere que invirtamos tiempo y dinero en ello. Pero si adoptamos los principios que expongo en los capítulos siguientes, los beneficios que obtendremos serán inmensamente mayores que los costes.

No obstante, también es cierto que si no gozamos de una buena salud física podemos tener dificultades para concentrarnos en los muchos aspectos de la rueda que presento. Por eso comenzaremos nuestro viaje con el dharma, que ­significa ­‘propósito de vida’, y con la salud física y su compañera íntima, la salud emocional. Las relaciones saludables y la curación del pasado forman parte de la salud emocional, y también las abordaremos. El siguiente aspecto, la salud espiritual, vincula la salud física y la emocional. Además, profundizaremos en otros tres tipos de salud: la ambiental, la ocupacional y la financiera.

¿Por qué la rueda?

Elegí la analogía de la rueda por muchas razones. En primer lugar, una rueda es un continuo; no tiene principio ni fin. En segundo lugar, la integridad de la rueda es extremadamente importante, como en el caso de una bicicleta. Si no sabes montar en bicicleta, puede serte imposible imaginar que soportará tu peso y que avanzará con esas dos ruedas tan delgadas. Sin embargo, te lleva. Ahora bien, si a una de las ruedas le faltan algunos radios, o si tiene la llanta doblada, es más difícil mantener el equilibrio. Si permaneces montado en una bicicleta con una rueda defectuosa, tal vez podrá aguantar tu peso durante un rato, pero antes o después acabarás en el suelo. Lo mismo ocurre con nuestros cuerpos y nuestra salud. Podemos pasar, por un tiempo, sin elementos que son esenciales para nuestra salud –por ejemplo, podemos hacer demasiado poco ejercicio o prescindir de las verduras en nuestra dieta–. Pero si seguimos así, nuestra salud acabará por resentirse. Es inevitable. El misterio de la salud humana es multifacético; no podemos alcanzar la salud perfecta comiendo apropiadamente pero ignorando el ejercicio o la salud emocional. Para constatar esta observación, habla con alguien que coma saludablemente pero que no tenga relaciones amorosas. O con alguien que haga ejercicio todos los días pero que aborrezca su trabajo. Cuando hagas esto, el concepto de integridad se te empezará a revelar.

La tercera razón por la que he elegido la rueda es que puedes tocar cualquiera de sus partes. No tienes que pasar por un laberinto para acceder a un determinado punto. No es necesario que hayas completado tu trabajo en una parte de ella para comenzar en otra. Puedes empezar en un lado, después girar la rueda y abordar el lado opuesto. Como verás, también en nuestra rueda todas las partes están totalmente integradas, de modo que cuando comiences a explorar un aspecto estarás accediendo a otros, aunque no lo hagas conscientemente. Tal vez una carencia en un área de tu vida te llevó a elegir este libro; si es este el caso, el punto de partida se halla en esa parte de la rueda, y puedes pasar después a la siguiente.

El restablecimiento de tu salud y de tu vida

No tienes que ir muy lejos para obtener consejos sobre cómo vivir tu vida o mejorar tu salud. Hoy día nos vemos bombardeados, más que nunca, con la última y mejor tendencia. Desde la granada y las bayas de goji hasta las semillas de chía, cada semana surge algo diferente, algo más que puede ocupar un lugar en nuestras listas ya abarrotadas. Si no es el último alimento o el último suplemento, es el siguiente fármaco poderoso que va a volvernos más jóvenes y felices, o que va a proporcionarnos una mejor vida sexual. Todos estos consejos, ya sean buenos o malos, hacen siempre algo muy específico: provocan que salgamos de nosotros mismos en busca del bienestar; y al final, esto nos vuelve locos. Porque, para ser honestos, ¿a quién debes escuchar? ¿En quién puedes confiar cuando los consejos cambian con tanta rapidez? En el momento de escribir estas líneas, muchos de mis pacientes están recurriendo a los programas de entrevistas para obtener consejos en cuanto a la dieta, el ejercicio y la forma de equilibrar sus vidas.

Francamente, no tengo nada en contra de los programas de entrevistas, y estoy segura de que los invitados atesoran muchos conocimientos. Pero también en este caso la mayor parte de los consejos no empoderan a los espectadores para que se hagan cargo de su salud por medio de sintonizar con lo que está ocurriendo en su interior. Y como gran parte de la información que se ofrece es fragmentaria, no necesariamente les brinda las herramientas que les permitan seguir un programa completo que los lleve a curarse y conservar la salud.

La medicina ayurvédica enseña a las personas a mirar primero hacia el interior. Conócete a ti mismo por dentro y por fuera. Sé consciente de qué es aquello que te motiva; probablemente es diferente de aquello que motiva a las personas presentes en tu vida. Si no empiezas por dar este paso fundamental, ningún brote, hierba, vitamina, zumo o fármaco te ayudará.

En la década de los ochenta, la tendencia al alza era ver las grasas como perjudiciales. Se proclamaba que todo alimento tenía que estar libre de grasas si se quería perder peso. Como resultado, las empresas alimentarias comenzaron a ofrecer todo tipo de productos libres de grasas –incluso mantequilla sin grasa, cuando ¡la mantequilla es grasa en un 100%!–. Yo tenía dieciocho años cuando esta tendencia se hallaba en su apogeo y, al igual que muchas otras chicas adolescentes, quería perder algunos kilos. Así que comencé a seguir una dieta libre de grasas. Me aseguré de que no estuviese presente ninguna grasa en mi dieta.

Y ocurrieron un par de cosas. En primer lugar, empecé a perder el apetito. La comida me hacía enfermar, literalmente. No podía comer quesos, yogures o aderezos sin grasa; los encontraba demasiado dulces y nauseabundos. En segundo lugar, comencé a sufrir dolores de cabeza y un descenso de energía; pasé a tener un estado de ánimo terrible. Me las arreglé para perder algo de peso, pero a costa de mi bienestar. Finalmente, al cabo de algunos meses, como sucede con cualquier dieta que excluya uno de los grandes grupos de nutrientes, mi cuerpo tomó represalias. Me di por vencida, devoré toda la grasa que había estado anhelando y recuperé el peso que había perdido. Años más tarde, cuando descubrí la medicina ayurvédica, averigüé por qué había respondido tan mal a la dieta sin grasas. Nuestros cuerpos necesitan grasa para sobrevivir. Esto es especialmente cierto en el caso del cerebro humano, compuesto de grasa en un 70%, lo que lo convierte en el órgano más graso del cuerpo. Además, mi tipo de mente-cuerpo ayurvédico está compuesto de cantidades generosas de espacio y aire. La ausencia de grasa no hace más que incrementar la presencia de estos elementos en el mente-cuerpo, y esto me llevó al desastre.

Suele ocurrir que el cuerpo nos manda señales de malestar cuando hacemos algo que no nos está nutriendo. El problema es que nuestra mente anula esas señales y nos convence de que eso que estamos haciendo es bueno para nosotros –aunque no lo sea–. En esos momentos estamos haciendo caso omiso de la inteligencia natural de nuestro cuerpo.

Asumir la responsabilidad de la propia salud

Un concepto que es necesario que incorpores antes de emprender este viaje es el de que debes asumir la responsabilidad de tu propia salud y bienestar. Al comprar este libro has dado el primer paso. Pero el hecho de saber, sin lugar a dudas, que eres tú mismo quien está ejerciendo una influencia directa sobre tu salud es la clave para mejorarla.

Gracias a ello, efectuarás un cambio radical: pasarás de tener una mentalidad de víctima a una mentalidad con base en la responsabilidad. La primera es reactiva, mientras que la segunda es proactiva. Si quieres sanar completamente y vivir de forma más plena, es esencial que abandones la mentalidad de víctima, la cual dice: «No puedo curarme [o estoy enfermo] porque mi marido [o mi mujer, mi trabajo, mi madre, etc.] me saca de quicio». Si tenemos esta mentalidad, nos enojamos cuando las personas que nos rodean no responden favorablemente a nuestra enfermedad. La pregunta que te hago es: ¿cómo puedes esperar que los demás se preocupen más por tu salud que tú mismo?

Asumir la responsabilidad de tu salud no significa que te culpes a ti mismo. Significa que tomes el control. No esperes a que tu cónyuge te prepare comidas saludables; en lugar de ello, ve tú a comprar, sírvete de los principios de este libro y haz tú mismo la cena. Si no sabes cocinar, apúntate a una clase de cocina. Y no pospongas el ejercicio esperando a que te paguen la nómina o la llegada del próximo cheque para poder ir a un gimnasio: ponte un par de zapatillas de deporte y ropa cómoda ahora mismo, sal y camina durante veinte o treinta minutos. Siempre habrá excusas que te permitan evitar mejorar tu salud, más de las que probablemente puedas recordar ahora mismo. Pero hay un número igual de oportunidades por aprovechar todos los días. Cuando efectúas este cambio, puedes ser un faro de luz para que otros lo sigan.

Enfócate en por qué quieres estar sano. Permite que este deseo sea tu guía y tu motivación. Después, ve por ello. Eres tú quien debe preocuparse por sí mismo. Y, finalmente, debes saber que esto es un viaje prolongado. Puede ser que empiece aquí, pero se prolongará durante el resto de tu vida. Así pues, ¡ponte en marcha!

Ejercicio: tu compromiso contigo mismo

Aquí o en tu diario, escribe aquello a lo que te comprometes contigo mismo al leer este libro

A continuación, firma y pon la fecha, a partir del modelo siguiente:

Mi compromiso conmigo mismo durante el proceso de lectura de La rueda medicinal del ayurveda:

Firma:

Fecha:


1 Division of Nutrition, Physical Activity, and Obesity, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion. «Adult Overweight and Obesity». Centers for Disease Control and Prevention. Actualizado el 27 de abril de 2012, www.cdc.gov/obesity/adult/index.html. El estudio se llevó a cabo en 2010.

2 National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion. «Chronic Diseases: The Leading Causes of Death and Disability in the United States». Centers for Disease Control and Prevention. Actualizado el 9 de mayo de 2014, www.cdc.gov/chronicdisease/overview/index.htm.

3 Ibid.

Capítulo 1

UNA EXPLORACIÓN RÁPIDA
DEL AYURVEDA

Aunque tenga profundos conocimientos académicos, si el médico no entra en el corazón del paciente con la llama del amor y la luz del conocimiento, no puede tratar de forma adecuada la enfermedad.

CHARAKA-SAMHITA
(texto ayurvédico sagrado)

El ayurveda es un cuerpo de conocimiento ingente. Algunos han llegado a decir que este conocimiento es tan vasto como el océano, y que es difícil que un profesional lo domine completamente. Comencemos con los aspectos básicos que necesitarás saber para comenzar a vivir fácilmente según un estilo de vida ayurvédico.

¿Qué es el ayurveda?

El ayurveda es una medicina de la mente y el cuerpo que se originó en la India hace al menos cinco mil años. La palabra ayurveda proviene de dos vocablos sánscritos (una ­antigua ­lengua de la India): ayus, ‘vida’, y veda, ‘ciencia’ o ‘conocimiento’. De ese modo, ayurveda significa literalmente ‘ciencia de la vida’.

Es una ciencia, o un sistema médico completo, que incluye la observación; el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las enfermedades; la desintoxicación y el rejuvenecimiento del cuerpo; la cirugía, y la medicina herbal. Se dice que el ayurveda es un sistema medicinal basado en la conciencia porque el facultativo trata de comprender totalmente al paciente antes de recomendarle o administrarle el tratamiento, y también porque trabaja no solamente a partir de la observación sino también de la intuición. El médico ayurvédico sabe que el paciente no es solo carne y huesos, sino un ser dinámico dotado de una mente, un cuerpo, unas emociones, un alma y un espíritu. Como dice el Charaka-samhita, el médico debe entrar en el corazón del paciente «con la llama del amor». Si no lo hace así, no puede ayudarlo. Creo que esta afirmación señala lo que se ha perdido en la medicina alopática u occidental y lo que se puede encontrar en la medicina ayurvédica.

¿Por qué el ayurveda en lugar de otra modalidad de curación?

El ayurveda lo abarca todo. La práctica ayurvédica aborda la dieta, el estilo de vida, las rutinas estacionales y diarias, la medicina herbal, el masaje o terapia de contacto, la desintoxicación del cuerpo, el trabajo energético, la cirugía y la práctica espiritual a través del yoga y la meditación. La filosofía que hay detrás de este sistema afirma que si funciona, deberías probarlo. Si aplicas los principios que contiene esta guía, puedes seguir con el protocolo que te indique tu ­médico, tomar los medicamentos que te recete y hacer uso de otros métodos propios de la medicina alopática.

Otra razón por la que seguir una práctica ayurvédica es que se trata del sistema médico más completo del planeta. Otras disciplinas del ayurveda, que no tengo espacio para examinar aquí, incluyen la astrología y el estudio de la situación de los objetos y el espacio.

Por último, el ayurveda se centra en la práctica de la medicina preventiva en primer lugar. La conciencia del cuerpo, la mente y el intelecto pueden conducirte a reconocer los cambios sutiles que tienen lugar antes de que aflore la enfermedad propiamente dicha. Revertir esos cambios sutiles es mucho más fácil que curar una enfermedad. Hay pequeñas acciones que, si las conoces y las aplicas, pueden conducirte a un resultado muy diferente en lo que a tu salud respecta.

Equilibrio versus desequilibrio

Una diferencia importante entre la medicina occidental y el ayurveda es que este último contempla la salud y la enfermedad en términos de equilibrio y desequilibrio. Si una persona se halla equilibrada, estará sana y se mostrará vibrante, enérgica, viva, feliz y motivada, y su piel y sus ojos brillarán. En cambio, cuando una persona se encuentra desequilibrada, se sentirá aburrida, dolorida, cansada, letárgica, preocupada, nerviosa o deprimida. Tanto si hay síntomas físicos presentes como si no, el ayurveda puede detectar si una persona está desequilibrada; y el desequilibrio, en última instancia, conducirá a la manifestación de síntomas y a la enfermedad si no se corrige. El hecho de descubrir el desequilibrio antes de que el paciente enferme le da al médico ayurvédico un poco más de margen para ayudarlo. En la cultura occidental, los ­pacientes acuden al médico porque se sienten mal; y si este no detecta ningún síntoma físico o ninguna anormalidad, demasiado a menudo manda al paciente a casa exactamente con el mismo problema. Pero el facultativo ayurvédico, a través de la observación, la palpación y una serie de preguntas, puede detectar fácilmente el estado de desequilibrio y ayudar a que la salud del paciente regrese al equilibrio; para ello le dará unas pautas en cuanto a la dieta, el ejercicio, el yoga, la meditación y el estilo de vida. También le hará recomendaciones para una limpieza emocional o le prescribirá determinadas hierbas.

La definición ayurvédica de la salud

Muchas veces acuden a hacerme consultas ayurvédicas clientes que afirman estar totalmente sanos. En los cuestionarios que les envío antes de la primera visita escriben, como respuesta a las preguntas sobre su salud física y emocional, que se encuentran en un estado de forma «excelente» o «muy bueno». Estos mismos clientes pueden tener sobrepeso o ser adictos al alcohol, o puede ser que estén lidiando con el insomnio, la ansiedad o algún otro problema que les impide vivir sus vidas al máximo. Cuando se les hacen más preguntas, admiten cosas como estas: «Sí, debo perder unos kilitos», o «No puedo acabar el día sin tomar una copa» o «No he dormido más de cinco horas por noche durante los últimos diez años».

Te pediré que cambies la forma en que concibes la salud. Abandona la mentalidad occidental («si no experimento síntomas, estoy sano») y adopta la definición ayurvédica: «La salud es una integración de la mente, las emociones, el alma, el espíritu, el cuerpo físico y el propósito de vida». Si uno de estos componentes está desequilibrado, todos lo estarán, tenlo por seguro. En los siguientes capítulos aprenderás a reconocer cuándo estás desequilibrado y descubrirás que posees las herramientas que te permitirán recuperar la verdadera salud.

Los mahabhutas: los grandes elementos

Cuando el ayurveda estaba en sus albores, los sabios, llamados rishis, o videntes, observaban a la gente y la naturaleza. Y se dieron cuenta de que las personas reaccionaban de formas diferentes frente a estímulos similares. Por ejemplo, si entras en una habitación con un amigo, puede ser que la encuentres demasiado fría y que tu amigo, sin embargo, se queje de que está demasiado caliente. O si tú y tu cónyuge salís a la calle y hace un sol brillante, puede ser que él o ella tenga que ponerse inmediatamente las gafas de sol, mientras tú gozas al dejar que el sol te dé en la cara. Los rishis descubrieron que estas diferencias se debían al hecho de que cada persona tiene una dinámica única, un tipo de mente-cuerpo diferente, a partir de los cinco elementos que hay en todas partes. Esos cinco elementos son el espacio (akasha), el aire (vayu), el fuego (tejas), el agua (jala) y la tierra (prithivi). En sánscrito se los denomina mahabhutas, ‘grandes elementos’, e influyen en todos los demás. Los cinco elementos constituyen los tres doshas principales, o tipos de mente-cuerpo, que contempla el ayurveda.

Una introducción a los doshas

Los tres doshas principales, o tipos de mente-cuerpo, son vata, pitta y kapha. El principio vata (pronunciado VAH-ta) se compone de los elementos espacio y aire. Espacio se refiere al vasto espacio abierto, o éter, pero también al que hay en una habitación, en una caja o entre las células. Para poder moverse y circular, el aire necesita espacio, de modo que estos dos elementos trabajan armónicamente. El principio pitta (pronunciado PIT-ta) se compone de los elementos fuego y agua, que, actuando en conjunto, tienen cualidades transformadoras. Y el principio kapha (pronunciado KAF-fa) está compuesto de agua y tierra. Estos elementos existen en todas partes no solo en nuestro planeta, el universo, en distintas proporciones. Puesto que somos parte del planeta y del universo, los elementos se hallan también dentro de cada uno de nosotros.

Cada persona tiene los tres doshas en su constitución mente-cuerpo, pero la proporción en que se encuentran es diferente en cada individuo. Acostumbran a darse unas tendencias generales en cuanto a la constitución dóshica en las familias, desde el momento en que se comparten unos genes; pero a veces no es este el caso, ya que el entorno, la ubicación geográfica, la fecha, la hora y la estación de nacimiento acostumbran a influir en el prakruti o verdadera naturaleza de la persona.

Con el fin de determinar tu prakruti, haz el siguiente test sobre el tipo de mente-cuerpo. A la hora de evaluar cada una de las declaraciones, piensa en cómo has actuado, reaccionado o sido durante toda tu vida. Si una declaración ha sido cierta en algún momento o durante algunos períodos de tu vida, decide con qué precisión te describe en promedio. Este test te proporcionará información exacta solamente si eres sincero contigo mismo. Los resultados te orientarán en la mejora de tu salud y en el regreso a tu estado de equilibrio natural.

El test del tipo de mente-cuerpo ayurvédico

Evalúa cada uno de los siguientes enunciados cuidadosamente en función de lo verdaderos que son, en promedio, en el conjunto de tu vida. Si alguno no tiene nada que ver contigo, puntúalo con un 0. Si te identificas absolutamente con él, puntúalo con un 5. Marca los enunciados con un 1 o un 2 si son aplicables en tu caso en raras ocasiones, con un 3 si son ciertos para ti a veces, y con un 4 si describen tu realidad la mayor parte del tiempo.

PRIMERA PARTE

Siempre he sido delgado. No gano peso con facilidad

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Camino rápido. Siempre estoy a la cabeza del grupo

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Me pongo nervioso o me angustio con facilidad

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Como deprisa y mi familia dice que debería hacerlo más despacio

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Mi mente es muy creativa.

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Aprendo las cosas con rapidez, pero también las olvido rápidamente

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Me gusta caminar cuando hablo por teléfono

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De niño, me decían que no me estaba nunca quieto

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Acostumbro a padecer estreñimiento

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Mi mente está muy activa y a veces inquieta

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Cuando hay un conflicto, me
pregunto qué hice mal

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Si estuviera solo, comería y dormiría a distintas horas cada día

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Me aburro con facilidad si no estoy constantemente activo

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Cuando entro en una estancia, suelo sentirla demasiado fría

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Suelo tener la piel seca y áspera.

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El tiempo frío y ventoso me molesta más que a la mayoría de las personas

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A veces me acusan de ser un cabeza hueca

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Dicen que hablo mucho

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Tengo el sueño ligero, tengo dificultades para dormirme, o mi sueño es inquieto

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Me gusta empezar nuevos proyectos, actividades o aficiones, pero me cuesta seguir con ello

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PUNTUACIÓN DE LA PRIMERA PARTE