Portada: Manual del terror. Paul van Loon
Portadilla: Manual del terror. Paul van Loon

 

Edición en formato digital: septiembre de 2018

 

Este libro ha sido publicado con el apoyo

de la Fundación Neerlandesa de las Letras.

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Título original: Het griezelhandboek

© Text: Paul van Loon, 1994, 2017

Uitgeverij Leopold, Amsterdam

© De la traducción, Gonzalo Fernández Gómez

En cubierta e interior ilustraciones de © Axel Scheffler

Diseño gráfico: Ediciones Siruela

© Ediciones Siruela, S. A., 2018

 

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Ediciones Siruela, S. A.

c/ Almagro 25, ppal. dcha.

www.siruela.com

 

ISBN: 978-84-17624-04-0

 

Conversión a formato digital: María Belloso

Índice

1 El arte del terror

2 Vampiros

3 Hombres lobo

4 Fantasmas

5 Zombis

6 Brujas

7 Monstruos

8 Películas de terror

9 Tres novelas clásicas de terror

10 Libros de terror juveniles

11 Para terminar

 

Bibliografía

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A Richard van de Waarsenburg, mi primer editor, que me dio la oportunidad de escribir este libro

P. V. L.

 

A Théa

A. S.

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No nos andemos con rodeos: si has comprado este libro —o te lo han prestado o lo has robado— es porque te gustan las historias de terror. Y eso no tiene nada de malo. No eres el único al que le gusta estremecerse de miedo. Desde que el mundo es mundo circulan entre los hombres todo tipo de narraciones escalofriantes. Uno casi diría que no podemos vivir sin ellas. (Por cierto, si has robado el libro, yo que tú lo devolvería inmediatamente, porque si no, un viejo amigo mío —un hombre lobo con muy malas pulgas— va a ir a por ti una de estas noches).

 

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Si buscas la palabra «terror» en el Diccionario de la Real Academia, verás que lo definen como «miedo muy intenso». Pero lo que no dicen es que con el terror también te lo puedes pasar en grande, por ejemplo, cuando lees un libro o ves una película de miedo. Porque las historias de terror pueden disfrutarse en la cama o en un sofá, donde sabes que estás seguro y no puede pasarte nada. Eso es lo bueno. Y si la cosa se pone demasiado aterradora, basta con taparse los ojos o cerrar el libro y meterse debajo de las sábanas. Lo peor que te puede pasar es que luego tengas una pesadilla, pero ese es un precio que merece la pena pagar por una buena historia de terror. Y al día siguiente, por supuesto, volverás a coger el libro, porque no querrás quedarte sin saber qué ocurre con los protagonistas.

 

El horror es un arte. Lo digo en serio. Piensa por ejemplo en Juan Sin Miedo, un cuento tradicional recuperado por los hermanos Grimm en el siglo XIX. El protagonista de la historia es un niño un poco gordo que no pilla lo del arte del terror y emprende un viaje para descubrir qué es el miedo y qué se siente cuando se tienen escalofríos de puro pánico. Pero incluso después de pasar tres noches en un castillo encantado, Juan sigue sin comprender qué es eso del miedo. En vista de su valor, el rey lo elige para casarse con su hija, a lo que él accede con mucho gusto. Al cabo de un tiempo, la princesa, harta de oír sus lamentos por no ser capaz de sufrir escalofríos, le echa encima un cubo de agua fría lleno de pececillos mientras duerme. Juan se despierta sobresaltado y exclama: «Pero, cariño, ¿qué significa esto? ¡Estoy tiritando! ¡Tengo escalofríos! Por fin sé lo que es estremecerse de miedo». Juan no cabía en sí de gozo. De modo que ya lo ves: el terror es un arte que no todo el mundo domina. Así que si sabes estremecerte de miedo, está claro que tienes más de dos dedos de frente.

 

Una de las principales características de las historias de terror es que en ellas ocurren cosas imposibles en el mundo real. Los muertos salen de sus tumbas y las manos cortadas cobran vida. Podrías llamarlo una realidad alternativa, una realidad paralela en la que todo es posible. Quien diga que no le gustan las historias de terror no sabe lo que se pierde.

Piensa por ejemplo en los vampiros, los hombres lobo, las brujas, los fantasmas, los monstruos y los zombis. Las leyendas sobre este tipo de criaturas son de todos los tiempos. En este libro encontrarás información sobre su origen, sus hábitos, las formas que adoptan, cómo luchar contra ellas y otras muchas cosas. Todas las criaturas de las que vamos a hablar guardan relación entre sí. Este Manual del terror es como un álbum de familia. Sin esta familia de seres terroríficos, la vida y los libros serían mucho más aburridos. Porque, aunque sabemos que todo es pura fantasía, son un gran estímulo para nuestra imaginación.

 

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Pero el arte del terror consiste precisamente en hacer durante un rato como si todo fuera auténtico. Usando la imaginación, las historias de miedo pueden ser tan terroríficas como tú quieras. Para quien no tiene fantasía, una suave llamada a la puerta no es más que una suave llamada a la puerta. Pero para quien domina el arte del terror, esa llamada puede significar algo muy distinto. ¿Quién acecha al otro lado de la puerta? ¿Un vampiro? ¿Un monstruo con ocho brazos? ¿Un hombre con un gancho de hierro? ¿El dentista? El buen artista del terror no dormirá tranquilo hasta que no sepa quién llama a la puerta. Quien no entienda el arte del terror se meterá tranquilamente en la cama a dormir, porque no tiene ningún miedo. Pero una noche, mientras duerme plácidamente sin sospechar nada, tal vez vengan los monstruos a por él...

 

En este Manual del terror encontrarás una amplia descripción de todas estas criaturas. A veces tienen hábitos comunes o incluso se parecen en algún rasgo físico. Y todas ellas comparten al menos una cosa: siempre ha habido narradores que cuentan sus historias para provocar escalofríos a sus oyentes o lectores. Y siempre los habrá.

Observarás que la gran familia del terror puede dividirse en dos grupos. Por un lado están las criaturas completamente inventadas, como los vampiros y los hombres lobo, y por otro, las que existen o han existido de verdad, como las brujas y los zombis. En cuanto a los fantasmas, no sabemos con seguridad si existen o no. Hay gente que afirma haber tenido apariciones, pero la mayoría de las personas jamás los ha visto. Tú mismo puedes decidir si quieres creer en ellos o no.

 

Además de ser un libro de consulta, este Manual del terror también puede resultar útil si te sientes amenazado.

Por ejemplo, si notas que tu profesor tiene tanto pelo en el pecho que empieza a asomar por encima del cuello de la camisa, y si además observas que tiene las cejas muy pobladas y unidas en el centro (caso crítico de unicejo), tal vez sea una buena idea leer con calma el capítulo dedicado a los hombres lobo. Y si tu profesora está muy pálida últimamente y te ha llamado la atención que sus colmillos parezcan cada día más afilados, te recomiendo que leas cuanto antes el capítulo de los vampiros. Tal vez no sea todavía demasiado tarde para salvar el pellejo.

 

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El libro está lleno de información sobre todas esas criaturas con las que tanto nos gusta pasar miedo en el mundo de la realidad alternativa, pero con las que esperamos no encontrarnos en la vida real. Y, en cualquier caso, si lees con atención este libro, sabrás cómo protegerte contra ellas. Cuando lo hayas leído entero, podrás considerarte un auténtico artista del terror.

 

Quiero darle las gracias a Eddy C. Bertin por su aportación al capítulo dedicado a las películas de terror. La cantidad de películas de este género es inabarcable, pero muchas de ellas no tienen nada que ver con la parte divertida del terror. Me refiero a todas esas películas morbosas y sangrientas del género gore. Ese no es el tema de este libro. Por eso no incluimos aquí películas con asesinos armados con sierras mecánicas y otros anormales, con escenas en las que arrancan piernas y brazos por diversión y arrojan cubos de sangre sobre la pantalla.

La mayoría de las películas que encontrarás en este libro todavía están disponibles en DVD o Blu-ray, o en los distintos servicios de vídeo en línea.

También hay un capítulo con un amplio comentario sobre tres novelas clásicas del género de terror: Frankenstein, Drácula y El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En realidad, son libros escritos originalmente para adultos, pero, puesto que son los precursores del género de terror moderno, creo que deben figurar aquí. Muchas gracias también a Jack Didden, que hizo la investigación sobre estas tres obras y escribió ese capítulo.

Al final del manual encontrarás además una larga lista de libros de terror recomendados. Algunos ya están descatalogados, pero los considero demasiado importantes como para dejarlos fuera de la lista. Además, siempre puedes buscarlos en la biblioteca o intentar conseguirlos de segunda mano.

 

Y para terminar: disfruta de los escalofríos que te proporcionan las historias de terror, pero no olvides mirar debajo de la cama antes de apagar la luz, porque nunca se sabe...

 

PAUL VAN LOON