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Estrategias de investigación social cualitativa

El giro en la mirada (segunda edición)

 

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Estrategias de investigación social cualitativa

El giro en la mirada (segunda edición)

 

 

 

MARÍA EUMELIA GALEANO MARÍN

 

 

 

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Galeano Marín, María Eumelia

     Estrategias de investigación social cualitativa : el giro en la mirada (segunda edición) / María Eumelia Galeano Marín. -- 2a edición. -- Medellín : Universidad de Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Fondo Editorial FCSH, 2018.

       278 páginas ; tablas y gráficos ; 23 cm. (tamaño 300 kb) (FCSH. Investigación)

       ISBN 978-958-5413-65-8 (versión e-Book)

       Incluye índice analítico

       1. Investigación social 2. Investigación cualitativa 3. Investigación documental I. Galeano Marín, María Eumelia II. Serie.

 

001.43 cd 21 ed.


© María Eumelia Galeano Marín

© Universidad de Antioquia, Fondo Editorial FCSH de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

ISBN: 978-958-5413-64-1

ISBN E-book: 978-958-5413-65-8

Segunda edición: abril de 2018

 

De la primera edición, La Carreta Editores, 2004

Imagen de cubierta: Sin título. Portafolio "Primera Feria de las Artes", Unicentro. Daniel Echeverri.

Coordinación editorial: Diana Patricia Carmona Hernández

Diseño de la colección: Neftalí Vanegas Menguán

Corrección de texto e indización: José Ignacio Escobar

Diagramación: Luisa Fernanda Bernal Bernal

Desarrollo ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Medellín, Colombia/
Made in Medellín, Colombia

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización escrita del Fondo Editorial FCSH, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia

 

Fondo Editorial FCSH, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia

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Teléfono: (574) 2195756

Correo electrónico: fondoeditorialfcsh@udea.edu.co

 

El contenido de la obra corresponde al derecho de expresión de la autora y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad de Antioquia ni desata su responsabilidad frente a terceros. La autora asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos.

Sed buenas artesanas. Huid de todo procedimiento rígido. Sobre todo, desarrollad y usad la imaginación sociológica. Evitad el fetichismo del método y la técnica. Impulsad la rehabilitación del artesano intelectual sin pretensiones y esforzaos en llegar a serlo vosotros mismos. Que cada individuo sea su propio metodólogo; que cada individuo sea su propio teórico; que la teoría y el método vuelvan a ser parte del ejercicio de un oficio.

C. Wright Mills, La imaginación sociológica

Contenido

PRÓLOGO. EL GIRO EN LA MIRADA

 

PRESENTACIÓN. EL ENFOQUE CUALITATIVO, UN ESPACIO DE MÚLTIPLES ESTRATEGIAS DE INVESTIGACIÓN

 

INTRODUCCIÓN

 

1. OBSERVACIÓN PARTICIPANTE: ACTIVIDAD DE LA VIDA COTIDIANA  O ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

1.1 Antecedentes históricos

1.2 Fundamentación teórica

1.3 Conceptualización

1.4 Características

1.5 Funciones

1.6 Orientaciones teóricas y metodológicas

1.7 Consideraciones éticas

1.8 Posibilidades y limitaciones

1.9 Campos de aplicación

1.10 Ilustraciones

 

2. ESTUDIO CUALITATIVO DE CASOEL INTERÉS POR LA SINGULARIDAD

2.1 Antecedentes históricos

2.2 Conceptualización

2.3 Características y condiciones

2.4 Clases o tipos

2.5 Orientaciones metodológicas

2.6 Funciones

2.7 Campos de aplicación

2.8 Posibilidades y limitaciones

2.9 Consideraciones éticas

2.10 Ilustraciones

 

3. LA HISTORIA ORAL: MÉTODO HISTÓRICO O ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

3.1 Hacia una historia de la historia oral

3.2 Conceptualización

3.3 Orientaciones teóricas y metodológicas

3.4 Ventajas y limitaciones

3.5 Consideraciones éticas

3.6 Campos de aplicación

3.7 Ilustraciones

 

4. INVESTIGACIÓN DOCUMENTALUNA ESTRATEGIA NO REACTIVA  DE INVESTIGACIÓN SOCIAL

4.1 Antecedentes históricos

4.2 Tipos de documentos

4.3 Conceptualización

4.4 Orientación metodológica

4.5 Confiabilidad y validez

4.6 Ventajas y limitaciones

4.7 Aplicaciones

4.8 Estado del arte: una modalidad  de investigación documental

4.9 Ilustraciones

 

5. ETNOMETODOLOGÍA: VIDA COTIDIANA  Y SENTIDO COMÚN

5.1 Antecedentes históricos

5.2 Fundamentación teórica

5.3 Conceptualización

5.4 Fundamentos teóricos y metodológicos

5.5 Campos de aplicación

5.6 Críticas a la etnometodología

5.7 Ilustraciones

 

6. TEORÍA FUNDADA: ARTE O CIENCIA

6.1 Antecedentes históricos

6.2 Conceptualización

6.3 Orientaciones metodológicas

6.4 Campos de aplicación

6.5 Posibilidades, limitaciones y riesgos

6.6 Ilustraciones

 

7. GRUPOS DE DISCUSIÓNUNA ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN INTERACTIVA GRUPAL

7.1 Antecedentes históricos

7.2 Conceptualización

7.3 Configuración

7.4 Presupuestos generales

7.5 Proceso metodológico

7.6 Validez y confiabilidad

7.7 Campos de aplicación

7.8 Consideraciones éticas

7.9 Ventajas y limitaciones

7.10 Tipos de informes

7.11 Ilustraciones

 

BIBLIOGRAFÍA REFERENCIADA

 

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

 

LISTA DE FIGURAS

 

LISTA DE TABLAS

Agradecimientos

A la Universidad de Antioquia y al Departamento de Sociología, por darme la oportunidad de trabajar en proyectos de docencia, investigación y extensión que nutren este trabajo, y en especial al Centro de Investigaciones Sociales y Humanas (CISH), por su interés y compromiso en la reedición de este libro.

A mis estudiantes de Investigación social cualitativa, compañeros de viaje de todos los tiempos, porque con sus preguntas, discusiones y reflexiones han alimentado mi pasión por la investigación social y la escritura de este texto.

A mi familia, compañera inseparable en mis proyectos.

Prólogo. El giro en la mirada

La investigación cualitativa no constituye solamente una manera de aproximarse a las realidades sociales para indagar sobre ellas, pues sus propósitos se inscriben también en un esfuerzo de naturaleza metodológica y teórica, producto de un cambio paradigmático de amplia significación, que resultó de una polémica muy productiva sobre los soportes en los cuales se había sostenido hasta entonces la investigación empírica; “giro en la mirada” podríamos llamarlo, que puso en cuestión los universalismos y los enfoques estructurales para situar la mirada en el sujeto de la acción, en sus contextos particulares con sus determinaciones históricas, sus singularidades culturales, sus diferencias, y las distintas maneras de vivir y pensar sobre los grandes y los pequeños acontecimientos y situaciones por las que han cruzado sus historias personales.

En síntesis, este giro epistemológico, que le abrió el horizonte de posibilidad a las metodologías cualitativas, estuvo guiado en buena parte por lo que se ha llamado en ciencias sociales “el retomo del sujeto”, retomo al primer plano del escenario de la investigación, donde los sujetos, individuales o colectivos, con sus prácticas sociales, sus palabras y discursos, sus memorias y sus olvidos, sus propósitos de cambio, resistencia o sometimiento, fueron desplazando paulatinamente los enfoques estructurales y sistemáticos, situándolos al fondo del escenario y exigiendo otras maneras, no necesariamente cuantitativas, de interpretar, clasificar, comparar y enunciar las situaciones o procesos observados, y para desentrañar las lógicas y maneras diferenciadas de vivir en sociedad.

Este retorno del sujeto con sus múltiples determinaciones trajo aparejada también una crisis del universalismo, tanto de los conceptos como de las prácticas, y de los comportamientos que, en el viejo episteme, obedecían, como se sabe, a una convicción según la cual las disciplinas sociales, para alcanzar su estatus científico, requerían un mapa conceptual aplicable al conjunto de situaciones observables en diferentes tiempos históricos, en diversas culturas y espacios territoriales, y se tenía, por así decirlo, una visión transcultural de los conceptos y de las acciones sociales, guiadas por una suerte de racionalidad instrumental, que se iría consolidando en los distintos lugares en la medida en que la modernidad transformase los contextos y las estructuras en las cuales los sujetos estaban insertos.

En el mejor de los casos, los conceptos generales operaban según el método weberiano de tipos ideales, lo que permitía interpretar realidades específicas y diferenciales en términos de su acercamiento o su distancia entre ellas y el tipo ideal; si eran muy grandes estas diferencias, se interpretaban como efectos residuales de sociedades atrasadas o como el resultado de modernidades deficitarias, lo que no modificaba para nada la esencia universalista de los fenómenos observados, ni ponía en cuestión la generalidad de los conceptos. Pero “el retomo del sujeto” permitió poner en jaque a los universalismos conceptuales y prácticos, así como la dominación de lo estructural sobre la acción; si la mirada estaba puesta en otra parte, si los sujetos entraban en el escenario para ocupar el primer plano, esto significaba el abandono de lo transcultural y de lo transhistórico, e incorporaba estos elementos en los análisis y las interpretaciones, no como datos adjetivos externos, sino “desde dentro de los sujetos mismos”, desde sus maneras de vivir y de sentir las culturas, y de adquirir conciencia de la historicidad de sus entornos específicos.

El relativo derrumbe de los universalismos abstractos y los enfoques estructurales permitió la emergencia de los particularismos y las especificidades, lo que afectó profundamente a las ciencias sociales, relativamente acomodadas en el mundo cientifista de las estadísticas y de los grandes números, haciendo surgir lo que Robert Nisbet llamó “el retorno de lo concreto singular a costa de lo universal abstracto” con todas las potencialidades, pero también con todos los riesgos que acompañan siempre a los giros epistemológicos.

Esta tensión latente entre universalismos y particularismos significó un reordenamiento de los vocabularios y conceptos de las ciencias sociales, pero también supuso, y de manera prioritaria, la reorientación de la investigación empírica, propiciando el giro de lo objetivo cuantitativo hacia lo subjetivo cualitativo, con el despliegue de múltiples enfoques y técnicas de investigación, de las cuales este libro de la profesora Eumelia Galeano logra una síntesis brillante.

Mas los giros y los cambios de rumbo no terminaron allí; todo este proceso de cambio epistemológico, con sus cambios y sus novedades, trajo consigo un reordenamiento de las jerarquías entre las ciencias sociales. Una de ellas fue la declinación del determinismo económico y la emergencia de otras disciplinas como la Antropología, la Historia, la Sociología y la Lingüística, entre otras. Todo parecía indicar que los paradigmas explícitos no eran culturalmente neutros, y la referencia a las culturas y a las sociabilidades parecía sugerir que el mismo factor no siempre era pertinente, ni tenía la misma significación en sociedades y/o grupos poblacionales distintos; que no todos los actores sociales percibían los asuntos de la misma manera y que su modo de insertarse o de ser excluidos de los procesos sociales no seguía las mismas pautas, ni era objetivamente el mismo en todas partes.

La relación con la historia o, mejor aún, con las historias particularmente vividas por los sujetos, también puso en cuestión muchos de los axiomas de las ciencias sociales y de las metodologías cuantitativas, pues cuando se atiende a la historia se revelan las rupturas, las continuidades, las crisis, los imaginarios y las representaciones que quizá no dijeran mucho sobre la organización de la sociedad y sus estructuras, pero sí sobre los procesos de su configuración y sobre las maneras como los sujetos pensaron y vivieron sus relaciones con el pasado, y sus esperanzas de futuro.

La introducción de estas nuevas dimensiones –historicidad, sociabilidades y prácticas culturales– permitió multiplicar al máximo los objetos de investigación y jugar de diferente manera con las unidades de análisis. Irrumpieron por esa vía las pequeñas historias, los procesos locales, los mundos cotidianos que merecían ser aislados de otros mayores y compararse entre ellos, pues en cada uno de esos espacios aparecían historias propias, prácticas y sociabilidades distintas que producían su propia tradición y su propia relación con otras esferas de la vida social, lo que, a su vez, contribuyó a matizar y especificar la presencia desigual de los grandes procesos estructuradores de las sociedades modernas sobre conglomerados, localidades y públicos distintos que desde el mismo acontecimiento siguieron trayectorias completamente diversas.

Esta pérdida de hegemonía de lo cuantitativo en el contexto de las ciencias sociales permitió que los saberes antropológicos, históricos, sociológicos y lingüísticos, entre otros, aportaran a los enfoques cualitativos sus técnicas de investigación propias y supuestamente exclusivas, que, al expandirse hacia el vasto universo de “lo social”, sufrieron modificaciones, adaptaciones y alteraciones, demandadas por la especificidad de los objetos a investigar y no impuestas por los rígidos estatutos metodológicos que determinaban de antemano qué hacer y cómo hacerlo en cada uno de los compartimientos estanco en los cuales se dividieron las llamadas ciencias sociales o humanas, resultando de allí mixturas y mezclas muy creativas, pero que, al mismo tiempo, exigían una reflexión en torno a su validez y significación; aspecto este tratado de manera muy rigurosa en el libro de la profesora Galeano.

Estos giros en la mirada, ocurridos en las últimas décadas del siglo xx, y traídos de la mano del retorno del sujeto, la crisis del universalismo, la irrupción de las culturas y las historias, la pérdida de hegemonía de lo económico y lo cuantitativo en las ciencias sociales, tuvieron, por así decirlo, una contrapartida en el mundo de la acción política, que contribuyó significativamente a que este giro paradigmático se produjera y acentuó la necesidad de trabajos e investigaciones con enfoques cualitativos. Estamos hablando de la demanda de reivindicaciones ciudadanas específicas, orientadas hacia el logro de reconocimientos políticos que desbordaban con mucho la universalidad de los derechos de primera y segunda generación, así como el de las libertades públicas incorporadas en las constituciones y los ordenamientos legales por republicanos y liberales.

Se trató, en lo fundamental, de la lucha por el reconocimiento de los derechos de las diferencias –sociales, económicas, étnicas, de género, de edad, de cultura y tradición, entre otros–, que exigían estatutos particulares para sus grupos de referencia, convencidos como estaban de que tratarlos a todos de la misma manera no conducía a la igualdad, sino a mayores discriminaciones sociales. Así, desde el multiculturalismo y el comunitarismo se desafiaron las viejas tesis de la filosofía política, y desde las prácticas de estos grupos organizados en movimientos sociales se llamó de nuevo la atención sobre la necesidad de conocer e investigar con más cuidado las especificidades, las diferencias y los contrastes que exigían cambios en los enfoques teóricos, en la estructura de los derechos, en la organización del Estado, en las concepciones sobre el orden político, y también en los enfoques y en las técnicas de investigación atrapadas en la lógica de los grandes números.

Todos estos cambios, ocurridos en pocas décadas, en geografías muy diversas y en muchas disciplinas, propiciaron, a no dudarlo, la emergencia vigorosa de la investigación social cualitativa, pero su proceso de configuración no siguió el camino trazado de antemano; es decir, de lo teórico a lo metodológico y de allí a los enfoques y las técnicas de investigación, sino que se fue desenvolviendo desde lo práctico, desde lo disciplinar, desde los requerimientos impuestos por los objetos de investigación y por la dinámica de los movimientos sociales en su lucha por una política del reconocimiento, a veces sin mucha reflexión epistemológica ni desarrollos teóricos significativos; estos se lograron a posteriori, cuando ya lo subjetivo y lo cualitativo habían adquirido un lugar de privilegio en las maneras y las formas de aproximarse a las realidades complejas.

De allí que la investigación social cualitativa no se desarrolle de un tronco común, sino más bien de pequeños rizomas que confluyen trabajosamente en raíces más grandes, cuyo conjunto sostiene un tronco, sin que pueda afirmarse que se trata de un todo compacto y articulado. Como bien se puede apreciar en este libro, existen desarrollos desiguales, rizomas que desaparecen por algún tiempo para surgir de nuevo, inadecuaciones e inconsistencias que no son susceptibles de inscribirse en una lógica común; no obstante, la investigación social cualitativa llegó para quedarse, y el libro que hoy nos ofrece la profesora Eumelia Galeano es un esfuerzo muy valioso para reconstruir este proceso de configuración.

En nuestro medio, los análisis cualitativos e intersubjetivos se fueron metiendo silenciosamente por la puerta falsa en las prácticas de los investigadores de las ciencias sociales y lograron incrustarse con un éxito significativo en los programas de formación profesional; a su vez, salieron de los muros de la academia para incorporarse al quehacer de actores políticos, promotores sociales y de todos aquellos cuyo trabajo los ponían en relación con comunidades y colectivos de diferente orden y, si bien las tradiciones de los distintos saberes sociales tenían en su acervo algunos enfoques y estrategias que podrían calificarse como cualitativas, no existía hasta el momento una reflexión analítica que diera cuenta de sus fundamentos teóricos y metodológicos, y de su significación para el conocimiento de las subjetividades.

Tampoco existía, al menos entre nosotros, un esfuerzo por sistematizar todos esos rizomas que, provenientes de disciplinas distintas, de tradiciones nacionales opuestas o de aprendizajes diversos, confluían desigualmente en un tronco común; la configuración del espacio analítico, discursivo y práctico de la investigación social cualitativa no estaba trazada ni delimitada, y ese es el primer acierto del libro que hoy nos presenta la profesora Eumelia Galeano.

Además, este libro viene a llenar un vacío de varias décadas, durante las cuales se realizaron multitud de investigaciones con estos enfoques, unas excelentes, otras mediocres y, por qué no decirlo, algunas que, por un cierto facilismo equívoco o una suerte de indulgencia con lo popular, se acogían a la sombra de lo cualitativo sin ninguna reflexión en torno a sus posibilidades o limitaciones, a sus exigencias conceptuales, al rigor exigido en las aplicaciones metodológicas y técnicas y, menos aún, a los presupuestos éticos y políticos que implica trabajar con sujetos de carne y hueso –no con abstracciones numéricas–, y pasearse por sus memorias, sus miedos, sus desconfianzas y sus lealtades y, sobretodo, penetrar en su fuero interno, ese lugar privado e íntimo que no está para ser expuesto a las miradas de los demás.

El libro que hoy nos ofrece la profesora Galeano tiene, pues, esa doble virtud; llena un vacío inexplicable, trazando las coordenadas de un campo problemático y difícil de acotar, campo que es dinámico, abierto al cambio y que no obedece a esquemas rígidos y predeterminados. En segundo lugar, desarrolla con mucho acierto algunas consideraciones éticas necesarias a tener en cuenta por aquellos que incursionan en el mundo de los sujetos, sus acciones, sus culturas, sus prácticas y sus relatos.

Este libro, fruto de un año sabático de la profesora Eumelia Galeano, es algo más que eso, yo diría que condensa buena parte de su trabajo académico de muchos años en la Universidad de Antioquia, y lo digo porque me cupo el privilegio de haber sido testigo o, para sintonizarnos en el texto, observadora participante de ese proceso difícil de conocimiento, análisis y escritura. Vivimos juntas los entusiasmos iniciales y las desilusiones prematuras; conocí sus búsquedas, sus incursiones en textos de todas las latitudes y tiempos, y en experiencias investigativas propias y ajenas; leí con interés sus sucesivas publicaciones sobre el tema y asistí a esa suerte de depuración teórica y metodológica, realizada con preciosismo en ese magma de conceptos y estrategias cruzadas; supe de sus preguntas cada vez más precisas, siempre más finas y rigurosas sobre el significado de este enfoque tan prometedor, pero también tan azaroso, y me volví a sorprender cuando leí el resultado final de sus indagaciones. En la elaboración de este texto, Eumelia logra un trabajo artesanal, cuidadoso e imaginativo, como el que les recomendaba Wright Mills a los intelectuales que incursionaran en el mundo de lo social.

El texto expone, de manera clara y sintética, las siete principales estrategias de la investigación social cualitativa: la observación participante, los estudios de caso, la historia oral, la investigación documental, la etnometodología, la teoría fundada y los grupos de discusión. Cada una de estas estrategias es abordada desde lo más abstracto y general, hasta los instrumentos y técnicas asociadas con cada una, pasando por un análisis sobre sus campos de aplicación y por la ejemplificación e ilustración de dichas estrategias con trabajos realizados en la perspectiva escogida.

Para cada una de las estrategias se anotan consideraciones éticas muy acertadas y alejadas de lo genérico, en tanto que se refieren de manera puntual a la especificidad de los enfoques, las técnicas asociadas con este y las tareas a desarrollar por los investigadores, con lo cual se completa este proceso en espiral de ida y vuelta: del analista a los sujetos de la acción, de estos al investigador, que se constituye en parte del proceso mismo, y de nuevo a los colectivos o públicos, generadores y receptores privilegiados de los procesos de conocimiento logrados con su concurso y participación, pues para la investigación cualitativa el conocimiento es una producción social, un hecho colectivo cuyo destino no es la erudición, ni la acumulación de saberes, sino la transformación de los órdenes sociales. Finalmente, el libro consigna una amplia bibliografía de referencia para quienes quieran ampliar sobre los temas consignados y un índice analítico de gran utilidad.

Este libro va a ser, a no dudarlo, un punto de referencia inevitable en relación con los temas de la investigación social cualitativa; una guía para aquellos que pretendan seguir los derroteros de estos enfoques; una carta de navegación para establecer criterios de validez, confiabilidad, riesgos y limitaciones, y una alerta temprana sobre las responsabilidades éticas y políticas de aquellos que se acojan a sus técnicas y procedimientos.

 

María Teresa Uribe de H.

Medellín, julio de 2004

Presentación. El enfoque cualitativo, un espacio de múltiples estrategias de investigación

Ha pasado más de una década desde que este libro fue publicado. Hoy, en su reedición, se introducen y complementan asuntos fundamentales de la investigación social cualitativa relativos a la construcción de orientaciones éticas, que guían la investigación y permiten la reflexión permanente de sus implicaciones; la construcción del sistema categorial como guía teórica y metodológica, y la elaboración de la memoria metodológica de la investigación que dé cuenta del camino recorrido, los dilemas enfrentados y las decisiones tomadas. Igualmente, se revisaron cada una de las estrategias con la intención de precisar conceptos, actualizar temas e incluir autores que han aportado a su construcción.

Este texto pretende introducir al investigador en el complejo mundo de la investigación social, al presentarle las estrategias de investigación cualitativa. Unas, tradicionales, como son el estudio de casos, la etnometodología, la historia oral y la teoría fundada. Otras, “emergentes”, en cuanto, si bien han tenido amplia utilización como técnicas de recolección de información, sus recientes desarrollos teóricos y metodológicos las han posicionado como estrategias. Son ellas los grupos de discusión, la investigación documental y la observación participante.

No existe acuerdo entre los investigadores sociales frente al concepto de estrategia de investigación social, ni respecto a los umbrales de diferenciación entre modalidad, enfoque y estrategia. Isabel Peñarrieta plantea que “las estrategias de investigación conectan a un investigador a específicos abordajes y métodos para recopilar y analizar determinados materiales empíricos”.1 En este libro retomamos el concepto desarrollado en la investigación “Estados del arte sobre fuentes documentales en investigación social cualitativa”2 y la diferenciación que allí se establece entre modalidades, enfoques y estrategias. Las estrategias se conciben como modelos o patrones de procedimiento teórico y metodológico, en los cuales se han cristalizado usos específicos de investigadores y estudiosos de la investigación social cualitativa. Una estrategia de investigación social combina métodos y técnicas, genera o recoge información de fuentes variadas, confronta y valida, mediante distintos procedimientos, resultados obtenidos por diversas vías y produce una comprensión del tema que investiga. Las estrategias se diferencian de las técnicas de investigación porque implican la utilización de más de una técnica, por tanto requieren decisiones de diseño de un orden superior al que cada técnica individual posee en sí misma, y porque, además, se las considera como “mediadoras” entre los enfoques de investigación y las técnicas de recolección y análisis de la información. Esta relación se ilustra en la FIGURA| 1.

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FIGURA 1.
Relación entre enfoques, estrategias y técnicas.

En las estrategias de investigación que presenta este texto transitan tradiciones de la investigación cualitativa: la británica y su presencia en otros contextos nacionales; la tradición sociológica norteamericana (pragmática, naturalística e interpretativa); la germana y la francesa (con sus perspectivas fenomenológica, hermenéutica semiótica, marxista estructural y pos-estructural). Igualmente, encontramos autores clásicos y otros reconocidos en el panorama de la investigación social. En ellas se entrecruzan diversas disciplinas sociales y humanas (historia, antropología, sociología, comunicación social, psicología, lingüística, filosofía), y ello muestra que en la investigación social cualitativa la construcción interdisciplinaria no solo es posible, sino imprescindible.

Para la realización de una investigación social cualitativa no existe una estrategia estándar, lo característico es la confluencia de varias de ellas. Aunque con desarrollos históricos diferentes, pueden operar simultáneamente, combinarse, confrontarse y complementarse, imprimiéndole al proceso de investigación flexibilidad y creatividad. El investigador, de acuerdo a los objetivos y condiciones de la investigación, decide a cuáles estrategias acudir, teniendo presente que la investigación cualitativa apunta a la comprensión de la realidad como resultado de un proceso histórico de construcción, a partir de la lógica de los diversos actores sociales, con una mirada “desde adentro” y rescatando la singularidad y las particularidades propias de los procesos sociales.

Los estudios cualitativos ponen especial énfasis en la valoración de lo subjetivo y lo vivencial, y en la interacción entre sujetos de la investigación; privilegian lo local, lo cotidiano y lo cultural para comprender la lógica y el significado que tienen los procesos sociales para los propios actores, que son quienes viven y producen la realidad sociocultural. Su perspectiva holística le plantea al investigador valorar los escenarios, las personas, los contextos, los grupos y las organizaciones como un todo no reducible a variables. Las personas son estudiadas en el contexto de su pasado y de las situaciones actuales, entendiendo que el presente contiene aspectos del futuro en germinación.

En general, las estrategias de investigación social basan su trabajo en la relación que el investigador establece con los actores sociales y en su permanencia en los escenarios. De ahí que el investigador se convierta, de un modo u otro, en parte del proceso social que investiga, con distintos grados de involucramiento. Su presencia, las actividades que desarrolla y las relaciones que establece tienen de alguna manera efectos en las situaciones que analiza. Por ello, estas estrategias de investigación presentan diversos niveles de reactividad.En la perspectiva de la investigación cualitativa, el conocimiento es un producto social y su proceso de producción colectivo está atravesado por los valores, percepciones y significados de los sujetos que lo construyeron. Por tanto, la inmersión intersubjetiva en la realidad que se quiere conocer es la condición mediante la cual se logra comprender su lógica interna y su especificidad. La investigación cualitativa rescata y asume la importancia de la subjetividad, la intersubjetividad es el vehículo por medio del cual se logra el conocimiento de la realidad humana y es su garante.

El enfoque cualitativo de investigación se entiende como un complejo de argumentos, visiones y lógicas de pensar y hacer, algunas de ellas con relaciones de conflicto y no como competencias entre tradiciones, y como un conjunto de estrategias y técnicas que tienen ventajas y desventajas para objetos particulares en circunstancias específicas. Las limitaciones de una estrategia motivan la introducción de variantes en su aplicación o que sea combinada con otras dentro de un proyecto de investigación.

El carácter intersubjetivo de la investigación cualitativa remite a pensar el tema de la ética, cuya intención no se agota en los códigos que orientan acciones y fijan pautas de acción, pero no resuelven los dilemas que surgen en los procesos investigativos, en sociedades atravesadas por el conflicto de intereses, social, político y económico.

Orientaciones éticas generales

La ética se realiza en el proceso investigativo de tal forma que los códigos y orientaciones éticas generales son un punto de partida, una guía general para la interacción con actores y escenarios. La reflexión permanente del investigador sobre los dilemas y preguntas éticas que se presentan en el camino de la investigación permite la toma de decisiones sobre asuntos básicos como la viabilidad de las estrategias, de las técnicas de recolección, registro y sistematización de información y de la pertinencia de los participantes y contextos. Igualmente, el análisis continuo de las situaciones que se viven en el proceso investigativo demanda del investigador atención frente a la realización de principios éticos como reciprocidad, confidencialidad y anonimato, retorno social de la información e integralidad del proceso investigativo.

Los principios éticos generales adquieren particularidades en cada una de las estrategias de acuerdo a los temas que se estudian, los contextos donde se inscribe la investigación, los actores que participan y las técnicas a las que se acude, por tanto es responsabilidad del investigador analizar, de manera permanente, las particularidades que asume la realización de la ética y tomar decisiones que conlleven salvaguardar la integridad física y moral de cada uno de los participantes, incluyendo el investigador, y lograr condiciones adecuadas para el logro de los objetivos académicos. “La Ética concebida como un saber, que reflexiona sobre las acciones e interacciones reguladoras de los comportamientos sociales y del ejercicio de la voluntad individual permite la comprensión de sistemas de valores diferentes a los legalmente establecidos y constituye un referente a través del cual se establece un reordenamiento de las relaciones sociales”.3

Esta perspectiva ética pretende: 1) Develar valores, pautas, lógicas de pensamiento y comportamiento de los participantes de la investigación, encontrándole el sentido a las valoraciones y significados que ellos le dan a su mundo; 2) Conocer las condiciones particulares en que transcurre la vida; 3) Proponer orientaciones éticas para el trabajo investigativo y de intervención con los participantes; 4) Sugerir un ordenamiento que regule las relaciones que los investigadores establecen con ellos; 5) Concebir al participante como sujeto social, no como depositario de información que el investigador requiere.4

La relación que se establece entre el investigador y los participantes conlleva una responsabilidad ética, con especial sensibilidad frente a los efectos que la investigación llegue a causar en ellos. Aunque tales efectos difícilmente pueden ser eliminados, se intenta controlarlos y reducirlos mediante una vigilancia permanente y reflexiva.

La elaboración del sistema categorial y de la memoria metodológica son dos temas centrales de las investigaciones cualitativas y comunes a las estrategias de investigación social. Por su significado en el diseño e implementación de cada estrategia y por ser transversales en su desarrollo, las presentamos acá de manera general y, en el capítulo dedicado a cada estrategia, damos cuenta de sus particularidades de acuerdo a los procesos metodológicos de cada una de ellas.

El sistema categorial como guía teórica
y metodológica de la investigación

El sistema categorial se concibe “como recurso teórico y metodológico, presenta en sus múltiples relaciones las categorías (centrales, de primero, segundo, tercer y cuarto orden) y aquellas que por su articulación con todas las anteriores se denominan transversales. El sistema categorial construido para cada investigación, se constituye en bitácora permanente de la investigación: orienta la construcción de referentes conceptuales, permite dotar de sentido las categorías, establecer las articulaciones entre ellas, identificar matices y divergencias conceptuales”.5

Desde la perspectiva metodológica, se constituye en una brújula que orienta el diseño de instrumentos, la recolección y generación de información proveniente de múltiples fuentes documentales y primarias, su registro ordenado, sistematización y análisis. Permite focalizar las búsquedas y evaluar permanentemente el desarrollo de la investigación. Igualmente, orienta la lógica de escritura del informe: la categoría central es el eje articulador del informe y cada capítulo puede dedicarse a presentar el desarrollo de cada categoría de segundo orden. A su vez, se convierte en guía para la socialización de los hallazgos del estudio.

Se parte de un sistema categorial preliminar, construido a partir de los objetivos planteados para la investigación. Del objetivo general se deduce la categoría central (o de primer orden), los objetivos específicos incluyen las categorías secundarias (o de segundo orden) y las dimensiones de cada objetivo específico permiten definir las categorías terciarias (o de tercer orden). El sistema categorial se confronta de manera paralela al desarrollo de la investigación, tanto con los referentes conceptuales como con la información que se va allegando. Esta confrontación permite analizar si es necesario introducir o profundizar en conceptualizaciones, escuelas o autores, o si otros inicialmente considerados no son necesarios. Desde la perspectiva metodológica posibilita analizar si el sistema categorial incluye las categorías necesarias para responder a los contenidos, si a algunas categorías no es posible dotarlas de contenido por la dificultad de acceso a la información o por no ser pertinentes, si otras son redundantes, si algunas pueden incluirse en otras más generales o, por el contrario, es necesario desagregarlas en otras categorías si las relaciones que se establecen entre las categorías son pertinentes. Esta confrontación –sistema categorial-información recogida o generada– se realiza de manera permanente, hasta lograr elaborar un sistema categorial que el equipo de investigación considere responde a las preguntas y condiciones de la investigación. El sistema categorial debe guardar consistencia interna con los objetivos de la investigación, de tal manera que un cambio en los objetivos debe reflejarse en él y viceversa.

Las categorías que hacen parte del sistema categorial propio de cada investigación tienen las siguientes características:

1) Exhaustivas. Toda unidad de registro o subcategoría debe quedar incluida en alguna categoría. El sistema categorial debe contener todas las categorías necesarias para dar cuenta de los objetivos de la investigación. No dejan por fuera ninguna observación o dato posible y relevante. Tematizan de manera total la realidad objeto de estudio.

2) Mutuamente excluyentes. Ninguna unidad de registro o subcategoría debe pertenecer a más de una categoría en un mismo nivel. Gracias a la homologación de las categorías suele ser posible aplicarles diversas técnicas estadísticas (análisis factorial, de correspondencia, escalamiento multidimensional), que facilitan el análisis y la interpretación, y permiten generar evidencias para inferir teóricamente cuál es el propósito fundamental de la investigación. El proceso de categorización es esencial en el análisis de contenido y se puede afirmar que “el análisis de contenido vale lo que valen sus categorías”. Relacionan la información en un todo. El sistema categorial elimina redundancias y orienta la clasificación y análisis de los datos.

3) Complementarias. Los contenidos de las categorías que conforman el sistema categorial propio de la investigación se refieren a una misma categoría central. Por tanto, el contenido específico de cada categoría, de segundo o tercer orden, complementa el contenido de las demás categorías. Cada categoría conforma un campo temático específico y aporta de manera ordenada la información que no encierran las otras.

Los diversos sistemas categoriales permiten reconstruir la historia académica de la investigación, sus tránsitos teóricos y metodológicos, las decisiones tomadas y los argumentos que las sustentan.

La construcción de la memoria metodológica

Con relación a la memoria metodológica, es necesario considerar que los diseños flexibles y emergentes que caracterizan a la investigación cualitativa implican para el investigador la responsabilidad académica de construir, a lo largo del proceso de investigación y de manera sistemática, una memoria metodológica que dé cuenta de la “distancia” entre la propuesta inicial y la que finalmente se desarrolló.

La memoria metodológica es un ejercicio humano, subjetivo y académico, que “sitúa las inquietudes existenciales del investigador por encima del sentimiento, la intuición y los recuerdos, pero en consonancia con ellos. La memoria metodológica es un instrumento del que se sirve el investigador para recordar, expresar y representar, con cierto rigor, todo lo aprendido en la inmersión de mundos posibles en el camino del conocimiento; la memoria metodológica da existencia racional y presencia concreta a las preguntas, a los objetivos, al trabajo de campo, a las técnicas de procedimiento, a los hallazgos de una investigación”.6

La reconstrucción reflexiva del camino seguido permite responder a la pregunta sobre cómo se lograron los resultados y, por lo tanto, fundamentarlos, construir credibilidad y contar con una carta de navegación para otros investigadores.

El diseño cualitativo, como plan o propuesta modificable, se va ajustando de acuerdo a las condiciones, propósitos y hallazgos de la investigación, lo que implica la toma de decisiones argumentadas durante el proceso mismo de la investigación. Se parte de lineamientos orientadores, de ideas que se van dotando de sentido y ajustando, en concordancia con los avances teóricos, metodológicos y con las condiciones que el contexto social, cultural y político imponen.

Estas características de emergencia y flexibilidad de los diseños cualitativos no significan ausencia de intencionalidad, de rigurosidad; por el contrario, implican reflexión, análisis, capacidad de observación, creatividad, cercanía con las situaciones que se estudian, “sintonía” académica y personal con el tema que se investiga, y un equilibrio entre lo teórico y lo práctico, entre lo ético y lo práctico.

La transversalidad en la construcción de la memoria metodológica implica un proceso de reflexión y escritura continua, centrada en las decisiones tomadas, los argumentos que las sustentan, los “tránsitos” y sus razones, los dilemas teóricos, metodológicos y éticos enfrentados, y el cómo y porqué se resolvieron.

Se parte de la idea inicial de investigación para mostrar cómo esta “hace tránsito” a un objeto de investigación, de los objetivos planteados y cómo estos se van focalizando o ampliando, de los referentes conceptuales iniciales a la construcción de categorías de análisis, de la selección argumentada de enfoque, estrategias y técnicas de recolección, generación, registro, sistematización y análisis de la información para mostrar las condiciones y resultados de su aplicación, y los cambios que fue necesario introducir en la marcha misma del proceso.

La memoria metodológica da cuenta sistemática del punto de partida y el punto de llegada de la investigación. Como lo plantea Jesús Galindo, es una especie de “mapa que se ha precisado, un modelo de campo, una representación de los componentes de un todo particular configurado. Esos componentes no están fijos, el mapa se mueve en paralelo a la vida misma, la representa también en su flujo vital”.7 Los aspectos y preguntas que se relacionan a continuación, se proponen como una orientación, no exhaustiva, para la elaboración de la memoria metodológica.

TABLA 1.
Pasos para la elaboración de la memoria metodológica.

Aspecto

Preguntas

Construcción del objeto de investigación

¿Cómo es el proceso de construcción del objeto de investigación?

¿Cómo se pasa de la idea inicial a un objeto construido?

¿Cuáles son las preguntas de investigación que orientan el proyecto de investigación?

¿Cuáles son las preguntas que finalmente se responden?

¿Cuáles fueron las “renuncias” que implicó la delimitación del objeto?

¿Qué papel juegan los avances teóricos en la construcción del objeto?

¿Las condiciones del contexto interno inciden en la delimitación del objeto? ¿Por qué?

¿Las condiciones de la investigación (tiempo, recursos, equipo humano) incidieron en la construcción del objeto? ¿Cómo?

Planteamiento de objetivos

¿Qué ajustes es necesario hacerles a los objetivos? ¿Cómo se fundamentan estos ajustes?

Construcción de referentes conceptuales y del sistema categorial

¿Cómo se entiende la interdisciplinariedad? ¿Qué significado tiene en la construcción de referentes conceptuales?

¿Qué autores, escuelas de pensamiento, se necesitan introducir o desechar en la construcción de referentes conceptuales?

¿Cómo se fundamentan estas decisiones?

¿Cómo se construye el sistema categorial?

¿Cómo es el proceso de validación con expertos?

¿Qué categorías emergieron en el trabajo con los participantes?

Enfoque metodológico

¿Con qué argumentos se fundamenta la selección del enfoque cualitativo?

¿Cómo inciden los avances teóricos de la investigación en la fundamentación del enfoque metodológico?

¿Qué reflexiones se pueden hacer en la relación teoría-metodología en esta investigación?

Estrategias de investigación

¿Las estrategias inicialmente seleccionadas se ajustaron? ¿Por qué razones?

¿Cómo aportan estas estrategias en la realización de la investigación?

Proceso de construcción de datos

¿Es necesario hacer cambios en las técnicas e instrumentos de recolección y generación de información? ¿Cuáles? ¿Cómo se avalan estos cambios?

¿Cuál es la pertinencia y eficacia de las técnicas e instrumentos seleccionados y diseñados para generar la información que el proyecto demanda?

¿Cuál es el clima de interacción logrado con los participantes y “usuarios” de la investigación?

¿Qué relaciones se establecen entre datos cuali y cuanti?

En el trabajo de campo:

¿Cuáles criterios orientaron la selección de los participantes y de los documentos?

¿Qué representatividad cualitativa se logró?

¿Qué papel juega el contexto interno en la realización de la investigación?

¿Cómo evalúan los instrumentos diseñados?

¿Cómo evalúan las técnicas de registro y sistematización de información utilizadas en el proyecto?

¿Qué implica en la investigación el proceso de análisis?

¿Cómo se percibe la interdisciplinariedad y el trabajo en equipo en el proceso de análisis y, en general, en el proceso de investigación?

¿Cómo evalúan las técnicas y procesos de análisis de la información?

¿Qué implica para el equipo de investigación la comunicación de resultados (escritura del informe, estrategias de socialización)?

Orientaciones éticas

¿Cuáles orientaciones éticas guían el proceso investigativo?

¿Qué dilemas éticos se presentan? ¿Cómo se resuelven?

 

Los capítulos se ordenan con un criterio de historicidad de acuerdo con el posicionamiento institucional de las estrategias de investigación, como lo muestra la TABLA 2, la cual se elaboró con base en la bibliografía analizada, y pretende aportar información básica para una reconstrucción histórica de las estrategias de investigación social y servir como base para la presentación de los capítulos.

TABLA 2.
Desarrollo histórico de las estrategias cualitativas de investigación social.

Estrategia

Autores clásicos reconocidos como “fundadores”

Obra original/ámbitos de trabajo

Autores

contemporáneos

Observación participante

Frédéric Le Play (1855)

 

Estudios sobre familias y comunidades europeas

Paul Atkinson

Martyn Hammersley Steve Taylor

Robert Bodgan

Juan Manuel Delgado y Juan Gutiérrez

William Whyte (1943)

Street Corner Society (1995)

Severyn Bruyn (1ª ed. en inglés, 1966; 1ª ed. en español, 1972)

The Human Perspective in Sociology. The Methodology of Participant Observation

Estudio de caso

Malvin T. Copeland

(Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard,

alrededor de 1920)

 

Robert E. Stake

Barry A. Turner

Helen Simons

 

Kurt Lewin

Dinámica de grupo aplicada al estudio de caso (1938)

 

 

Paul Pigors (Método del incidente crítico, Instituto Tecnológico de Massachusetts, 1961)

Case Method in Human Relations: The Incident Process

 

Historia oral

Universidad de Columbia (1948)

Fundación del Centro de Historia Oral

Jorge Eduardo Aceves Lozano

Gwyn Prins

Thad Sitton

George L. Mehaffy

O. L. Davis Jr.

Alfredo Molano Orlando Fals Borda

Paul Thompson (1ª ed. en inglés, 1978)

La voz del pasado

Oscar Lewis (1ª ed. En inglés, 1958; 1ª ed. en español, 1961)

Antropología de la pobreza

Investigación documental

Harold D. Lasswell (1949)

The Language of Politics: Studies in Quantitative Semantics

Ian Hodder

Klaus Krippendorff Keith MacDonald Colin Tipton

Etnometodología

Harold Garfinkel

(1967)

Studies in Ethnomethodology

John Heritage

James Holstein

Jaber Gubrium

Richard A. Hilbert

Teoría fundada

Barney Glaser

Anselm Strauss (1967)

The Discovery of the Grounded Theory

 

Juliet Corbin

Phyllis Noerager Stern

Carmen de la Cuesta

Grupos de discusión

Jesús Ibáñez (1979)

Más allá de la sociología. El grupo de discusión: técnica y crítica

Escuela crítica de Madrid

Manuel Canales Anselmo Peinado Enrique M. Criado Luis Enrique Alonso Universidad de México

Rosaline Barbour

No es el propósito de este texto ocuparse en detalle de todos los estudiosos y de sus obras. Si se mencionan autores relacionados con las diferentes estrategias es con el fin de orientar al lector respecto de las obras y los métodos, de acuerdo con sus intereses particulares.

Las estrategias adquieren pertinencia y significado en la medida en que el tema y los objetivos de la investigación las demanden. El investigador puede hacer énfasis en una de ellas o combinar varias. Las orientaciones metodológicas que se presentan en cada una pretenden ser eso: orientaciones, guías que faciliten el ejercicio de la investigación y no pautas fijas o caminos rígidos. Las estrategias se aprenden como un oficio; como un artesano, en palabras de Wright Mills, por tanto no son susceptibles de estandarización ni de formalización absoluta. Que haya espacio para la creatividad, la imaginación y la innovación es un imperativo de los enfoques cualitativos, obviamente de acuerdo con las particularidades de cada proceso. Las características de la investigación cualitativa, y de sus estrategias enfocadas en la subjetividad, hacen que sea imposible definir “reglas”.Quien investiga ha de “ocupar” la estrategia –hacerse un lugar como sujeto– y reflexionar sobre ella y sobre las condiciones de su aplicación.