© ¿Puedo ser empresario? Claves, trucos y atajos

© Roberto del Bosque

© Miguel Ángel Rodríguez

ISBN: 978-84-686-1019-1

ISBN ebook: 978-84-686-1020-7

Editor Bubok Publishing S.L.

Impreso en España/Printed in Spain

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¿Puedo ser empresario?
Claves, trucos y atajos

Roberto del Bosque
Miguel Ángel Rodríguez

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ÍNDICE

Prólogo

Definición de empresa, empresario y presa

El comienzo, tipos de capital

Los socios

Los empleados

Los comerciales

Clientes, proveedores y otros sujetos

El fisco y las administraciones

Los abogados y los juicios siempre llegan…

Familia y trabajo

Si aún cree que puede ser empresario

Diferencia entre gasto e inversión

¿Mejor o barato?

El tiempo, ¿cómo tenerlo de aliado?

Valor de futuro, la liberación de la presa

Saque el camaleón que lleva dentro

Mate al monstruo agonizante y aproveche la piel, los huesos, las tajadas…

Si todavía cree que puede ser empresario

Listo rodeado de tontos o tonto rodeado de listos

Los huevos y las cestas

Si ayuda, recibirá ayuda

A otra cosa, mariposa

Medios, premios y reconocimientos

Preparando la jubilación

¿Qué evitar y qué perseguir?

A nuestras respectivas familias: padres, abuelos y mujeres
e hijos, pues sin su apoyo incondicional durante todos
estos años no hubiésemos podido llegar hasta aquí

Prólogo

En los tiempos que corren, la palabra crisis se nos cuela todos los días en el primer café con leche del desayuno, en la sopa del mediodía (si es de letras, peor, pues solo encontraremos la C, la R, la I y la S) y en el cola-cao de la noche; la competitividad es cada vez más feroz entre las empresas y prácticamente se regalan algunos productos o servicios para conseguir la captación de clientes con los que intentar mantenerse en el mercado.

Ante esta situación, cualquiera podría preguntarse quién será el descerebrado que opte por el autoempleo o por montar una empresa. Y si ese bicho raro existe, ¿qué rumbo tendrá que tomar para no naufragar por el camino?

Existe una reflexión de Albert Einstein que refleja muy bien la actitud que posiblemente tenga ese iluminado a quien en estos tiempos le apetezca montar una empresa o dedicarse al autoempleo:

«No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la crisis trae progresos, la creatividad nace de la angustia como el día de la noche oscura. Es de la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye la crisis a sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones; la verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin la crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos nuestro talento y nuestras habilidades para encontrar soluciones, acabemos de una sola vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.»

Vamos, en pocas palabras, ya lo decían nuestros abuelos: «El hambre estimula el ingenio». Y tampoco eran ningunos genios del siglo XX, aunque tenían la misma razón que Einstein.

En este libro pretendemos dar una visión (desde nuestra propia experiencia) de cómo es el mundo empresarial y las posibilidades reales que podría tener usted, como lector, de alcanzar el autoempleo o de llegar a ser empresario. Y si ya ha dado el paso, de cómo llegar a tener éxito sin morir en el intento.

Si hay algo que tenemos muy claro es que no es necesario ser un lince para los negocios, puesto que hemos conocido a empresarios de todos los tipos, cultura y ámbito social, y la mayor parte de ellos han tenido éxito. Eso sí, todos ellos tienen una actitud común ante las situaciones que se dan en el mundo empresarial; situaciones y actitudes que son las que pretendemos exponer y desgranar a lo largo de los siguientes capítulos.

Por otro lado, lo que debemos pensar es que, del mismo modo que la crisis existe para el autoempleo o para montar una empresa, también existe para trabajar por cuenta ajena o buscar empleo, por lo que al final las oportunidades de éxito posiblemente sean las mismas en un caso u otro y, por lo tanto, ¿por qué no debemos valorar también el mundo empresarial como una opción profesional igual que otra cualquiera?

Queremos que este libro sirva de guía de una forma sencilla y de fácil lectura para aquellos «descerebrados o iluminados» que están barajando escoger el autoempleo o bien ya lo han hecho como camino a seguir en la vida profesional, aprovechándose de nuestras experiencias en el ámbito empresarial, bien para no cometer los mismos errores, bien para aprovechar los aciertos, ¡que también los tuvimos!

Definición de empresa, empresario y presa

Empresa: Para definir esta palabra hemos encontrado dos acepciones simples y muchísimas complejas, por lo que elegimos las simples.

—«Una organización o actividad económica; especialmente una organización de negocios», según Wikipedia, quien cita un diccionario legal en EE. UU.

—«Unidad de organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos», según la Real Academia Española (RAE).

Lo que hemos hecho con la definición de esta palabra es muy importante en el mundo empresarial, y también lo decían los abuelos: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno», es decir, para la resolución de cualquier problema o decisión empresarial debemos escoger el camino más sencillo y que mejor «defina» nuestro objetivo.

Nuestro significado:

—Medio de vida para el empresario.

Siempre que cumpla ese requisito será una empresa y ya da igual si es de una persona o muchas, y se dedica a actividades industriales, mercantiles o a temas políticos (si no, que se lo digan a unos cuantos, cuyos casos político-empresariales saltan habitualmente…).

Por supuesto que, como en las mejores familias, hay de todo. Tenemos empresas que actúan bajo la estricta legalidad, otras que lo hacen bajo una «simpática alegalidad» y cómo no, las que se mueven dentro de la ilegalidad absoluta. Por supuesto, todas tienen fines lucrativos.

Curiosamente, en cuatro lustros (aunque son veinte años, parece más en lustros) de nuestra vivencia empresarial son contadas con los dedos de una mano las empresas que nos hemos encontrado que «aparentemente» operan dentro de la estricta legalidad, estando la mayoría en la franja de la «simpática alegalidad».

Nos permitimos ponerle a la alegalidad el adjetivo de «simpática», pues hay que ver lo que se le ocurre a algunos:

Recuerdo a aquel practicante a quien, para justificar la brutalidad de gastos injustificados de desplazamientos y dietas que imputaba a la empresa, no se le ocurrió más que pasarle a Hacienda la relación de clientes que ya habían muerto y que supuestamente iba a visitar (de ahí los gastos) constantemente, e incluso confeccionó unas hojas de ruta con los kilómetros exactos a cada domicilio (por Google maps), por si al inspector de hacienda se le ocurría llamar a alguno para verificarlo y/o comprobar las direcciones. Llamar, no llamó, pero como le reconoció más tarde el inspector al cliente, sí comprobó por los DNIs las direcciones, y además se fijó en que todos habían fallecido, por lo que felicitó al practicante por ser tan buen contribuyente, ya que dedujo que los clientes estaban muy malitos y por eso había que visitarlos.

Empresario:

—«Titular propietario o directivo de una industria, negocio o empresa», según la RAE.

Por tanto, por definición, el empresario será el que «se lleva las tortas» si algo va mal en la empresa, puesto que es el titular. Esto parece algo obvio, pero es necesario estar preparado y sobre todo saber cómo y cuándo actuar, pues créannos que, siendo empresario, antes o después este se llevará tortas de un tipo u otro.

Nuestra definición:

—«Cazador nato» con ciertas dotes comerciales.

Un empresario se debe levantar cada mañana pensando en que debe salir a cazar; su caza consiste en conseguir los mejores negocios y oportunidades de negocio cada día para que la empresa progrese y sea lo más rentable posible. Todo esto desde una visión comercial, que explicaremos en el capítulo correspondiente.

Presa: De todas las definiciones de «presa» nos quedamos con estas dos, que describen precisamente lo que debemos evitar siempre en el mundo empresarial.

—«Una presa es un animal que es cazado por un depredador» (Wikipedia).

—«Persona, animal o cosa que sufre o padece algo» (RAE).

Nuestra definición:

—Empresario que se convierte en «carne de cañón».

Usted, como empresario, deberá evitar siempre convertirse en una presa (animal cazado) por todos los depredadores que hay sueltos en el mundo empresarial. Estos depredadores, muchas veces, están disfrazados de personas normales, estando muchas veces dentro de la propia empresa, a veces en los proveedores con los que trabajamos e incluso en los clientes. Más adelante daremos pistas de cómo identificar y evitar convertirse en presa de esos depredadores sin escrúpulos. Incluso el empresario puede llegar a convertirse en presa de su propia empresa. Esta situación, por rimbombante que parezca, se da más habitualmente de lo que nos pudiera parecer, como expondremos en próximos capítulos.

Por otro lado, «presa» define muy bien el estado que puede padecer el empresario cuando se convierte en presa del pánico, del miedo, etc., con determinadas situaciones que se dan en la empresa. En esta clase de circunstancias, necesitamos identificar tales situaciones y, a ser posible, anticiparnos a ellas, a fin de aminorar los daños o reconducir los hechos.

Conocemos muchas presas de su propia empresa y, en especial, nos incluimos en esa categoría, puesto que, por un tiempo de casi diez años, fue la empresa la que nos dirigió a nosotros y no al revés, tiempo en el que éramos «carne de cañón» de los clientes, bancos, proveedores, etc.

La influencia de la visión positiva

Existen numerosas publicaciones acerca de lo importante que es tener una actitud positiva frente a la vida en general, la importancia de la actitud positiva para obtener el éxito o alcanzar las metas, etcétera.

No sabemos si todas estas teorías son aplicables al mundo empresarial, lo que sí hemos vivido es que, en este ámbito, una actitud negativa no conduce más que al fracaso asegurado.

Por ello queremos exponer una serie de puntos sobre las actitudes que creemos que debe tener para alcanzar el éxito empresarial y, por qué no decirlo, también el éxito en la vida.

1. Fije metas asequibles aumentando progresivamente los desafíos, puesto que esto garantizará el progreso, forzándose a concentrarse en las metas prefijadas.

2. El fracaso siempre está ahí y su peor enemigo es la perseverancia, por ello siempre debe insistir, a pesar de todos los obstáculos que se encuentre. Además, si usted persevera, podrá disfrutar de lo que hace, puesto que estará concentrado en las metas y no en desesperarse por el posible fracaso.

3. Tómese cualquier obstáculo en el camino como un desafío que le podrá proporcionar disfrute. Si lo medita, cualquier obstáculo importante que haya superado en la vida lo contemplará como una experiencia positiva, pues le brindó la oportunidad de enfrentarse y superar desafíos importantes. Por tanto, debe saber transformar la adversidad en un desafío que pueda proporcionarle disfrute.

4. Debe intentar superar cualquier obstáculo buscando soluciones alternativas, puesto que aunque no sea la mejor solución al problema, siempre será peor no hacer nada mientras el obstáculo acaba con su carrera. Por tanto, es muy importante que intente visualizar todas las alternativas posibles y poner en práctica la que mejor considere en ese momento.

5. Humildad y autoconfianza. Desde una posición contraria a la humildad y la autoconfianza jamás conseguirá ver el camino para llegar a sus metas.

Veamos un ejemplo de actitud positiva para lograr un objetivo y el uso de las cualidades necesarias para ello:

Un buen día, se nos planteó contactar con un empresario, el presidente del mayor banco de España y uno de los más importantes del mundo, a fin de plantearle un negocio que podría ser interesante para su banco.

Pues bien, lo primero sería conseguir el teléfono particular de su domicilio o bien su correo electrónico, para poder hablar con él directamente o bien enviarle un mail con unas anotaciones sobre la propuesta.

Digamos que el objetivo era en principio alcanzable, aunque fuese hacerle llegar un mensaje a través de siete secretarias como filtro.

Lógicamente, en la guía telefónica o en la web del banco no aparecía ni por lo más remoto nada que se aproximase a la forma de contactar con el presidente del banco, por lo que empezamos buscando en Google (nuestro gran amigo) el DNI del señor presidente del banco (al teclear el nombre completo seguido de la palabra «DNI», es habitual que en alguno de los resultados del buscador salga el número). Una vez con el número de DNI en nuestro poder, disponíamos de la posibilidad de obtener los teléfonos asociados a su nombre particular.

Sorprendentemente, no salía por ningún lado el DNI, pero curiosamente sí aparecía el del hermano del señor presidente. En ese momento podríamos haber adoptado una actitud negativa y desistir, con lo que no hubiésemos alcanzado nuestro objetivo de comunicación.

Con actitud positiva, perseverancia y buscando una solución alternativa se nos ocurrió que antes los padres llevaban a toda la prole junta a obtener el DNI (como nos ocurrió con nuestros hermanos), por lo que el DNI del señor presidente debería ser algún número más o menos que el del hermano y, ¡oh, sorpresa!, efectivamente, así fue, por lo que con el DNI correcto obtuvimos el número de teléfono particular de su domicilio.