Maureen Vargas Pizarro
Danzas del bosque
Ilustrado por
Ana Luisa Núñez
A mis queridos hijos
Marco Antonio y Alejandro Felipe,
a todos los niños y niñas
para que siempre estén en comunicación
con la naturaleza y el cosmos,
fuente inagotable de sabiduría y conocimiento.
A mi querido esposo José Manuel,
por su espíritu de amor, sabiduría
y asombro frente a la belleza de la vida.
“Todo lo que ocurra a la tierra,
le ocurrirá también a los hijos de la tierra,
el hombre no tejió la trama de la vida,
él es sólo un hilo,
lo que hace con la trama,
se lo hace a sí mismo”.
Kos i-walbelërke iyök ta, e,
wablerda iyok lartá se. distsö
kewa ni kitá blëne wés idiés
se. rö tsäkicha e.té, ë, e.
kuek kós, iyi wäblëke se.
e wäblëké se. e. ta.
Traducido por
Alí García Segura
(Bribi de Talamanca)
En su incursión al mundo literario, Maureen Vargas Pizarro no pudo elegir un tema más actual y trascendente: la relación del ser humano con la naturaleza.
Mezcla de realidad e imaginación, en Danzas del bosque –escrito en primera persona– la autora comparte su preocupación por el incierto futuro de la existencia humana, a través de los ojos de un niño a las puertas de la adolescencia.
Danzas del bosque recrea el acercamiento del protagonista con las maravillas de la vida silvestre, quien a través de su abuelo –símbolo de experiencia y conocimiento– recorre un mundo en que la cultura marca las diferencias entre los blancos y los indígenas: su cosmovisión y su comportamiento hacia la madre tierra, los animales, la naturaleza y la vida.
Redactado en forma sencilla, la obra tiene la virtud de transmitir al lector y lectora la sensación de peligro y amenaza que representa la presencia humana para los habitantes del bosque tropical, así como la sabiduría de las culturas indígenas al preocuparse por cuidar a la madre tierra, como fuente de vida para la supervivencia del ser humano.
La introducción de términos en lengua Bribi a lo largo del texto constituyen un aporte en la lucha por resguardar los valores autóctonos de esta tierra que se debe cuidar.